Revolcadores (Murcia)

viernes, 6 de noviembre de 2020

Ruta de los Cuchillos (Teresa de Cofrentes)

 



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Teresa de Cofrentes es un municipio del interior valenciano que forma parte de la comarca Valle de Ayora-Cofrentes, una comarca que los vecinos llaman simplemente “el Valle”, y es este accidente geográfico el que identifica este territorio. Se trata de una fosa central, con dirección Sur-Norte, por la que transcurren las aguas del río Reconque-Cautabán, y que separa los relieves mayoritariamente tabulares de sus lados.

Nos encontramos, por tanto, con un paisaje montañoso, con numerosos valles que dan a la fosa central, al Valle, en el que afloran materiales del Triásico que van a conferir al paisaje unas características especiales. Y es en este contexto en el que se desarrolla la ruta de los Cuchillos de Teresa de Cofrentes, en un paraje de cerros y colinas triásicas en el interior de la gran fosa. Es un paisaje muy distinto al que se puede encontrar en el resto de la comarca, densamente ocupada por extensas pinadas de pino carrasco. En esta ruta no encontraremos sombras, ni manchas de árboles. Recorreremos un terreno con una cubierta vegetal escasa, en el que sus mayores representantes serán espartos y albaidas, con unas condiciones sub-áridas, en el que el principal atractivo es ese, las comunidades vegetales adaptadas a la litología del terreno.

El recorrido es de unos 9 kilómetros, con una pequeña parte lineal y el resto circular. Comienza en el “anfiteatro” de Teresa, donde hay un cartel que recoge todas las rutas del término, y la primera indicación de la ruta de los cuchillos. Pasaremos junto a la rotonda de la entrada al municipio frente a la que se encuentra uno de los paneles cerámicos de la ruta comarcal de los moriscos, y seguidamente junto a la acequia que bordea las casas más occidentales del casco urbano y que todavía conservas las losas desgastadas del antiguo lavadero.

Para dejar atrás la población de Teresa de Cofrentes cruzaremos la carretera N-330, con precaución, en un lugar con perfecta visibilidad, y seguiremos por caminos que atraviesan las huertas regadas con las aguas del río Zarra y la rambla del Rasmal, huertas en proceso de abandono, tendencia, por desgracia, generalizada en el mundo rural. Los ribazos de las huertas aún conservan sus almeces (Celtis australis), antaño tan apreciados por ser su madera la materia prima para las herramientas del campo y con la que se desarrolló una industria de la que quedan buenos ejemplos en Zarra y principalmente en Jarafuel (las conocidas fábricas de bastones o garrotes).

Pronto alcanzaremos el río Zarra y lo cruzaremos por encima de la presa de la Arboleja de Abajo, un azud que retiene las aguas del río para derivar parte de su caudal por la margen izquierda por la acequia de la Arboleja de Abajo. Una pequeña lámina de agua pasa por encima del azud, así que iremos con cuidado sobre las rocas puestas para evitar resbalar y mojarnos los pies. Una vez hemos cruzado la presa, subiremos por unos escalones excavados en la tierra rojiza de la ladera.

Si hasta este punto hemos caminado junto a las huertas de regadío que ocupan la zona llana de las riberas de los ríos de materiales cuaternarios, a partir de ahora el terreno cambia drásticamente. Los colores se vuelven más rojizos o grises. Nos encontramos con materiales del Triásico Superior, y más concretamente de la facies Keuper: areniscas, arcillas yesíferas, arcillas rojas, margas, margas yesíferas versicolores con jacintos de Compostela. A lo largo de la ruta podremos ver magníficos ejemplos de yesos espejuelos, los conocidos como Lapis specularis por los antiguos romanos.

El recorrido se encuentra perfectamente señalizado con postes de madera y marcas pintadas en el suelo, por lo que difícilmente nos podríamos equivocar. El recorrido es un vaivén de subidas y bajadas por estos cerros descarnados en los que crecen comunidades vegetales adaptadas a su sequedad tales como los espartales. También podremos ver algunos campos de olivos abandonados en las laderas, olivos que a pesar de sus años no tienen un porte considerable, y que fueron plantados por unas generaciones no tan lejanas que bien sabían aprovechar los recursos del terreno con un gran y cuidadoso trabajo.

Después de varios kilómetros subiendo y bajando pequeñas cuestas llegaremos a la altura del puente de Jarafuel bajo el que pasan las aguas del río Zarra. Desde ahí volveremos a caminar junto a las huertas, abandonadas hace tiempo, de esta partida agrícola. Caminaremos dirección al cruce donde acaba la parte circular y volveremos a cruzar por encima de la presa.

El regreso hasta Teresa de Cofrentes se realiza por el mismo sitio, desandando los primeros pasos de la mañana, para finalizar en el “anfiteatro” de la población, con la impresión de haber realizado una ruta distinta, con un paisaje singular, y con una geología muy particular.
























martes, 13 de octubre de 2020

PR-CV 463 Ruta por la Hoz de Zarra




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En esta ocasión nos desplazaremos hasta Zarra, municipio perteneciente al Valle de Ayora, en el interior de la provincia de Valencia. Se encuentra rodeado por los términos municipales de Ayora, Jarafuel y Teresa de Cofrentes. Su término es montañoso y atravesado de Oeste a Este por el río Zarra.


El recorrido de esta ruta circular, el PR-CV 463 Ruta por la Hoz de Zarra, transcurre íntegramente por el término de Zarra. Aunque comienza desde la Plaza del País Valenciano, en el corazón del casco urbano, nosotros aparcamos junto a la carretera CV-445, junto al cruce de la carretera de Teresa y de Ayora, al lado de un gran mural cerámico de la Feria de la Matanza, evento que a pesar de llevar pocos años ha cogido un gran auge.

Desde allí nos dirigimos hacia la Plaza del País Valenciano donde podremos ver la torre campanario exenta, separada de la iglesia, con su magnífico reloj de Sol en una de sus paredes. En la plaza se encuentra el cartel informativo de la ruta que comienza con una subida por la calle Tollo y después calle Alta hacia una antigua era rehabilitada como mirador. Aquí encontraremos el cruce de la parte circular del sendero. La haremos en el sentido horario.

Esta primera parte, más larga, transcurre por senderos y caminos rodeando por la parte más oriental y septentrional el Cerro Gordo, coronado por grandes antenas de televisión y telefonía. Las sombras son más escasas en esta zona, principal motivo por el que es conveniente realizar la ruta en este sentido especialmente si se realiza en temporadas algo calurosas. A nosotros nos salió un día con niebla que le dio un gran encanto a esta primera parte.

Descenderemos poco a poco, con vistas hacia las Atalayas, hasta llegar a la Hoz de Abajo, lugar ahora deshabitado pero que décadas atrás tuvo que tener una gran actividad gracias al agua que proporcionaba riego y la fuerza necesaria para la producción de electricidad. Ahora solamente podremos contemplar las ruinas de las Casas de Sanjurgo, los campos abandonados, el canal con sus márgenes rocosos, y un cauce por el que ya no corre el agua. Solamente podemos llegar a imaginarnos cómo sería la vida aquí a mediados del siglo pasado.

El recorrido prosigue por el cauce del antiguo canal con vistas hacia el parte superior del río Zarra. Poco antes de llegar al final del canal, la senda se desvía hacia la derecha, con una considerable subida hasta alcanzar un nivel más o menos estable que, con ligeras subidas y bajadas, nos llevará hasta Zarra. Esta parte transcurre bajo la sombra de una magnífica pinada que ocupa las laderas de estas montañas.

Junto a la senda se encuentran tres antiguas caleras en muy buen estado de conservación, y un par de desvíos que llevan al camino que transcurre junto a las huertas dirección a la Presa de los Comuneros construida en el encañonamiento del río Zarra para retener sus aguas y derivarlas para el riego de las huertas.

Desde el mirador de la era nos detendremos para contemplar el magnífico paisaje que nos ofrece de esta parte del Valle de Ayora, con la población de Zarra a los pies. Finalmente bajaremos por las mismas calles por las que subimos para finalizar este tan fantástico como tan poco conocido sendero que, sin lugar a dudas, no defraudará a nadie.






















jueves, 10 de septiembre de 2020

Ruta de los Pantaneros - Barranco de Falfiguera. Abrigo del Barranco de Falfiguera (Chulilla).

 





ACCESO:

Son 58 kilómetros los que distan Valencia de Chulilla. El acceso hasta esta población de Los Serranos es bastante sencillo, a la que se llega en unos tres cuartos de hora. Saldremos de Valencia hacia el Noroeste por la Avenida Pío XII y continuaremos por la carretera CV-35 (Autovía de Ademuz) durante unos 50 kilómetros. Tomaremos la salida hacia Losa del Obispo / Chulilla, y cruzaremos la población de Losa del Obispo por la Calle la Paz para continuar durante seis kilómetros por la carretera CV-394 hasta el parking que hay al Norte del casco urbano de Chulilla, lugar desde donde comienza la ruta.

DATOS TÉCNICOS:

- Nombre de la ruta: Ruta de los Pantaneros y PR-CV 77 Chulilla - Embalse de Loriguilla.
- Municipios: Chulilla, Loriguilla y Sot de Chera.
- Distancia: 13,31 kilómetros.
- Tiempo total: 4h 00’.
- Tiempo en movimiento: 3h 12’.
- Tiempo detenido: 0h 48’.
- Desnivel positivo: 473 m.
- Altitud mínima: 241 m (puente de los Huertos).
- Altitud máxima: 482 m (camino de Loriguilla a Sot de Chera).
- Tipo: circular.
- Señalización: Sí. Postes de dirección en la ruta de los Pantaneros, y postes y marcas blancas y amarillas en el sendero PR.
- Dificultad: Media - baja.
- Cartografía: Mapas Topográficos 1:25.000 666-IV Chelva y 694-II Chulilla.
- Fecha: 12 de octubre de 2017.
- Enlace para la descarga del track:


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DESCRIPCIÓN:

Chulilla, municipio perteneciente a la comarca de Los Serranos, se localiza en la parte Norte de la provincia de Valencia. Se trata de una pequeña localidad que cuenta con algo más de 600 habitantes. Su casco urbano se ha desarrollado en el collado que hay entre el cerro que ocupa el castillo y la Muela, adaptándose a las condiciones del relieve, motivo por el que ha conservado su callejero medieval.

La primera imagen que nos llevamos del municipio a medida que nos vamos acercando a él con el vehículo es la de un casco urbano cuidado, perfectamente pintado de blanco, y completamente volcado con el turismo. A esta imagen habría que añadir su localización junto al impresionante cañón del río Turia lo que le confiere un excelente valor paisajístico, que se extiende desde los pies del embalse de Loriguilla hasta el Sur de la población de Chulilla. A este conjunto habría que añadir los valores naturales del entorno que le valieron para ser declarado el Paraje Natural Municipal los Calderones donde se pueden encontrar tres grupos de vegetación: la vegetación mediterránea típica extendida por las laderas y montañas; la vegetación rupícola que coloniza las paredes verticales del cañón del río; y la vegetación de ribera con sus formaciones en galería junto al río.

La ruta que realizaremos transcurre por los límites del Paraje Natural Municipal, unas veces por dentro y otras por fuera. El recorrido es circular y está formado por la combinación de dos senderos: la ruta de los pantaneros por la que comenzaremos y que recorre el antiguo camino que los trabajadores del pantano de Loriguilla realizaban todos los días a pie desde Chulilla al embalse, y después seguiremos por el sendero PR-CV 77 que nos llevará desde el embalse hasta Chulilla pasando por las pinturas rupestres del abrigo de Falfiguera (también visto escrito como Valfiguera o Vallfigueras en diversos sitios). Este recorrido lo haremos en sentido levógiro, es decir, en el sentido contrario a las agujas del reloj.

Antes de comenzar cabe señalar que esta ruta ha tenido un gran impacto turístico gracias a su cercanía a la ciudad de Valencia y a la recuperación de los puentes colgantes en el cañón del Turia por lo que podemos encontrar algo de masificación en ciertas fechas. Por tal motivo y para regular la afluencia de las visitas, el Ayuntamiento de Chulilla ha establecido la ordenanza municipal reguladora de la tasa por control de acceso y estacionamiento en el aparcamiento municipal con un importe de 4€ al día por vehículo (parking junto a la carretera CV-394 al Sur de la urbanización de Santa Bárbara), y la ordenanza fiscal reguladora de la tasa por control de acceso al Paraje Natural Los Calderones con un importe de 1€ por persona quedando exentos de esta tasa los menores de 10 años y los mayores de 65 años.

Comenzaremos este recorrido en el parking municipal (km 0) a la salida de Chulilla por la carretera CV-394 que se dirige hacia Losa del Obispo. Nuestros primeros pasos transcurrirán por la calle de la urbanización de Santa Bárbara que se encuentra más pegada a la carretera. La calle pronto acaba y nos veremos obligados a continuar por el arcén de la carretera unos 350 metros hasta que nos desviaremos hacia la izquierda por el inicio de la senda de los Pantaneros. Nos encontraremos el primer cartel con tejadillo de madera que nos da la bienvenida al Paraje Natural Municipal los Calderones donde podremos leer información básica sobre el paraje y la ruta de los pantaneros. Y a pocos metros llegaremos al mirador Compuertas (km 0,8) bautizado con ese nombre al encontrarse justo encima del edificio que alberga las compuertas de regulación del canal que va desde la presa del Charco Azul hasta la central hidroeléctrica de Chulilla, puesta en funcionamiento en 1923 y todavía en uso. Las vistas desde el mirador se concentran básicamente en el profundo, y estrecho, cañón labrado por el río Turia y que tenemos a nuestros pies.

Caminaremos algo más de cien metros hacia el Norte y llegaremos al mirador de la Carrucha (km 0,9), a la altura del conocido Charco Azul, remanso de agua al que acuden muchos visitantes para verlo, bañarse, pescar o hacer fotografías. El nombre que se le ha dado a este mirador se debe a la antigua carrucha (artilugio de poleas) que se encontraba en este lugar y que sirvió para bajar el material necesario para la construcción de la presa del Charco Azul y el tramo superior del canal. Las vistas desde aquí se vuelven a dirigir hacia el encañonamiento del río pero esta vez hacia la parte donde más se estrecha, lugar donde se podían generar los mayores problemas para los gancheros que transportaban la madera de Teruel y Cuenca por el río hacia Valencia, ya que los troncos cruzados podían formar tapones que debían quitar.

Continuaremos hacia el Norte por el sendero que va pegado al borde de la pared vertical del río hasta llegar a la rambla de la Losa (km 1,5). Nos encontramos en el tramo final de la rambla justo antes de su desembocadura en el Turia, lugar conocido con el topónimo de la Punta debido a la forma tan pronunciada que ha dibujado el meandro del río. Y es también en este punto, si nos fijamos en la roca caliza, donde veremos unas formaciones erosivas conocidas como “los calderones”, nombre con el que se bautizó al Paraje Natural Municipal. A partir de aquí el camino, ligeramente ascendente, va virando hacia el Suroeste, continuando en todo momento junto al borde de la pared del río.

Pronto llegaremos a los escalones que dan acceso a los puentes colgantes (km 1,9), principal atracción turística de este tramo que ha provocado su masificación en ciertas fechas. Se trata de dos puentes colgantes instalados en 2013 en el lugar donde se encontraban los puentes que arrasó la riada de 1957 (y que inundó la ciudad de Valencia). Con esta actuación se pretendía recuperar el antiguo camino que realizaban a pie los trabajadores, llamados los pantaneros, que desde Chulilla iban diariamente a la presa de Loriguilla. El primer puente tiene una longitud de 21 metros y se encuentra a 15 metros de altura sobre el río. Y es toda una atracción para los visitantes ya que se forman colas de grupos haciéndose las pertinentes fotos para dejar constancia en las redes sociales. El segundo puente, a 100 metros del primero, es más largo (28 metros) pero menos alto (5,50 metros). Cruzar por ellos y poder contemplar este magnífico encajamiento del río desde una posición tan privilegiada es una sensación fantástica.

A poca distancia después de cruzar el segundo puente nos deberemos fijar bien en los restos ruinosos que quedan de una construcción que bien puede pasar desapercibida. Se trata de lo poco que se ha conservado de la ermita de San José, patrón de los madereros que aquí paraban antes de adentrarse en el cañón del Turia donde algunos llegaron a perder la vida. Gracias a la recuperación del sendero se pudo localizar la ubicación exacta de este edificio religioso.

Continuamos remontando el sendero desde una perspectiva diferente a la que teníamos antes de cruzar los puentes y bajar hasta la orilla del río. Nos encontramos caminando a través del bosque de ribera con vista alta hacia las paredes verticales entre las que se ven obligadas a circular las aguas del Turia. Y hasta en las paredes podemos ver gente ya que en Chulilla hay cientos de vías de escalada muy conocidas en España, y también conocidas por escaladores de todo el mundo que vienen principalmente en invierno. Para facilitar el acceso de los escaladores de una orilla a otra nos encontraremos con alguna pasarela de madera (km 2,5) que nosotros no deberemos cruzar.

Seguiremos por la senda, remontando el río, y viendo como poco a poco las vistas se van haciendo más amplias al separarse las paredes del cañón. Más arriba nos encontraremos una construcción circular junto a un tramo encauzado del río. Se trata de la estación de aforo (km 3,5) de la salida del embalse de Loriguilla encargada de conocer la evolución del caudal del río en este punto concreto. Desde aquí ya vemos la presa hacia la que nos dirigimos por camino de tierra en un primer momento y por pista asfaltada después.

Tras una ligera subida llegaremos a la presa de Loriguilla (km 4,7), construcción destinada principalmente a la producción hidroeléctrica, al abastecimiento humano y al regadío. Las consecuencias de la construcción de la presa, como todo el mundo conoce, supuso el abandono del antiguo pueblo de Loriguilla que fue reubicado en la comarca del Camp de Túria, a unos 20 kms de la ciudad de Valencia. Por ese motivo Loriguilla cuenta con terreno en dos comarcas, en los Serranos donde se encuentra el pueblo viejo, y en el Camp de Túria donde se encuentra el nuevo. El proyecto de la construcción de la presa se encargó, en 1953, a José Sánchez-Tello, y las obras finalizaron en 1967. No debemos olvidar que hasta la riada de 1957 los trabajadores venían caminando por el sendero que hasta aquí hemos realizado y que ahora es todo un reclamo turístico.

Hasta la presa es posible que nos podamos cruzar con bastantes senderistas que vienen a realizar este camino, pero a partir de aquí nosotros enlazaremos con otro sendero, el PR-CV 77, que no es tan transitado ya que la gran mayoría hace lineal la senda de los pantaneros y regresa por el mismo sitio. Continuaremos con dirección Sur por el camino de Loriguilla a Sot de Chera, camino de tierra con componente ascendente. Como en cualquier sendero PR ahora las marcas que seguimos son las de color blanco y amarillo.

Transitaremos algo más de dos kilómetros por este camino, dejando a nuestras espaldas el embalse, hasta encontrar un cruce con indicaciones verticales. Deberemos seguir hacia la izquierda dirección las pinturas rupestres / Chulilla. A ambos lados del camino por el que ahora vamos nos acompañan montañas y es que nos encontramos en el collado Cullibres, lugar de mayor altitud de la ruta. En la siguiente bifurcación volveremos a desviarnos hacia la izquierda y seguiremos por el camino unos novecientos metros. Deberemos estar atentos ya que hay que abandonar el camino para continuar por el barranco de Falfiguera aunque si prestamos atención a las marcas no nos pasaremos ningún cruce.

Avanzaremos barranco hacia abajo entre las rocas, unas veces caminando y otras saltando, y en cuestión de pocos minutos podremos ver en la ladera derecha, a cierta altura, la reja que protege el abrigo de pinturas rupestres bajo una cornisa rocosa. Nos dirigiremos hacia él por el cauce seco del barranco hasta llegar a unas grandes rocas donde arranca la breve subida facilitada por unas escaleras de madera instaladas.

Y de esta manera alcanzaremos el abrigo del barranco de Falfiguera (km 9,8), abrigo con pinturas rupestres descubiertas de forma casual en 1998 por Óscar Aparisi cuando estaba abriendo una vía de escalada en la pared del barranco. El conjunto es variado y cuenta con representaciones de figuras humanas (antropomórficas) en diferentes posturas, y animales (zoomórficas), de entre las que destaca claramente la forma de un cáprido. Esta muestra de arte rupestre levantino se adscribiría al Neolítico, entre el 5000 y 3000 a.C., y aunque representa escenas de caza y animales, fueron realizadas por sociedades de agricultores y ganaderos. El abrigo, como la gran mayoría de los que cuentan con arte rupestre, se encuentra vallado con el objetivo de protegerlo.

Después de deleitarnos con esta muestra de arte parietal y de las vistas que tenemos desde su elevada posición, volveremos al sendero que va por la margen izquierda del barranco. Caminaremos por la vereda de Castilla hacia el Noreste mientras el barranco de Falfiguera se va ahondando en el terreno en busca del Turia. Descenderemos por el estrecho sendero entre pinos jóvenes mientras nos vamos acercando a Chulilla que ya podremos ver al frente. A nuestra izquierda saldrá un desvío hacia el Frailecico que pasaremos de largo.

La senda finaliza en un camino por el que seguiremos hacia la izquierda. Nos dirigiremos hacia el río Turia y lo cruzaremos por el puente de los Huertos (km 12,3). En este punto veremos carteles de otros senderos que transcurren junto al río, como el del remanso de las Mulas por una parte o el  del Charco Azul por la otra. Sólo nos queda la subida al casco urbano. Dejaremos atrás la depuradora y comenzaremos a callejear hasta alcanzar la céntrica Plaza de la Baronía. Desde aquí hasta el aparcamiento seguiremos la calle Maestro Amblar que no es otra que la carretera CV-394 a su paso por Chulilla, donde finalizaremos el recorrido.


BIBLIOGRAFÍA:

- Guía de Parajes Naturales Municipales: Chulilla. Los Calderones. Ed. Diputación de Valencia.

- Sebastián Faubel, Vicente (2010): El abrigo de Falfiguera. Arte parietal en Chulilla. III Jornades d’Arqueologia de València i Castelló, 10-12 de diciembre de 2010. Págs. 9-12. Il·lustre Col·legi Oficial de Doctors i Llicenciats en Filosofia i Lletres i en Ciències de València i Castelló.

- Martínez-Valle, R. (2002): Intervenciones preventivas, conservación y difusión del arte rupestre en la Comunidad Valenciana. Panel, 1: 70-81.