Revolcadores (Murcia)

miércoles, 26 de agosto de 2020

Senda Vedada i Ombria del Castell. Abrigo de la Senda Vedada (Sumacàrcer).

 


ACCESO:

El inicio del recorrido comienza en el parque de la Florida, a la entrada de la población de Sumacàrcer, la cual dista unos 60 kilómetros de Valencia, distancia que se realiza en unos cuarenta y cinco minutos. Saldremos de Valencia por el Sur de la ciudad buscando la V-31. Más adelante seguiremos por la A-7 (Albacete/Alicante. L’Alcúdia) y abandonaremos la autovía por la salida 389 para tomar la carretera CV-560 dirección Alcàntera de Xúquer. Cruzaremos esta población y la de Càrcer por medio, y en la siguiente rotonda tomaremos la primera salida dirección Sumacàrcer continuando así por la CV-560. En pocos minutos llegaremos a nuestro destino y podremos aparcar fácilmente alrededor del parque.

DATOS TÉCNICOS:

- Nombre de la ruta: SL-CV 17.1 Senda Vedada i Ombria del Castell.
- Municipio: Sumacàrcer.
- Distancia: 7,12 kilómetros.
- Tiempo total: 2h 52’.
- Tiempo en movimiento: 2h 06’.
- Tiempo detenido: 0h 46’.
- Desnivel positivo: 317 m.
- Altitud mínima: 40 m (camí del Viró).
- Altitud máxima: 278 m (camí del Bancal Roig).
- Tipo: circular.
- Señalización: Sí. Sendero local con marcas blancas y verdes.
- Dificultad: Baja. 
- Cartografía: Mapas Topográficos 1:25.000 769-II Tous y 769-IV Llosa de Ranes.
- Fecha: 29 de abril de 2018.


Powered by Wikiloc


DESCRIPCIÓN:

Sumacàrcer es un municipio que pertenece a la comarca de la Ribera Alta. Se localiza en la parte sudoccidental de dicha comarca, en el límite con la Canal de Navarrés. Su orografía es accidentada y el término se encuentra atravesado por el Júcar. El municipio se asienta en la margen derecha del río, aguas abajo de la presa de Tous, donde descienden las estribaciones más orientales de la gran plataforma de la Muela de Cortes y el Macizo del Caroig. Es en esta zona donde el río Júcar comienza a abrirse y pasa de circular encajado a transitar por una zona más amplia y llana rodeado de un manto verde de campos de naranjos.

El nombre de la localidad le viene de su pasado islámico cuando sobre la cima (en latín summa) se construyó un castillo (en árabe qasr) que dominaba visualmente el valle. De esta manera, el topónimo de Summaqasr aparece en los textos árabes. Sin embargo, la importancia del castillo va desapareciendo a medida que pierde su interés estratégico como fortaleza y comienza un proceso de deterioro hasta el presente cuando la administración local le da la vuelta a la situación y comienza a realizar actuaciones para su puesta en valor.

Aprovechando el contexto geográfico de Sumacàrcer entre la montaña y el valle del Júcar, el Ayuntamiento ha promovido la creación de una red de senderos locales que nos sumergen en el paisaje y en la historia local, acercándonos a agradables rincones y mostrándonos algunos elementos que forman parte de su patrimonio. En este sentido, hemos elegido realizar el sendero circular SL-CV 17.1 Senda Vedada i Ombria del Castell ya que existe una variante en su recorrido que nos acerca al yacimiento prehistórico del Abrigo de la Senda Vedada. La realizaremos en sentido dextrógiro, es decir, en el sentido de las agujas del reloj.

El punto de inicio se encuentra en el parque de la Florida (km 0) que está nada más entrar en la localidad, después de pasar una curva bastante pronunciada. Se trata de una pequeña zona ajardinada, a la izquierda de la carretera, donde también veremos un gran cartel de madera con tejadillo que nos ofrece información de la ruta del castillo y de la localidad. Nuestros primeros pasos transcurren, desde el parque, con dirección Norte por la calle Florida para acercarnos al Júcar. Desde la acera tendremos unas magníficas vistas de las limpias aguas del río y del conjunto de casas más cercanas a la orilla de entre las que sobresale la cúpula y el campanario de la Iglesia de San Antonio Abad y de San Nicolás de Bari.

Tomaremos el primer camino a la derecha, indicado con un poste de dirección de la ruta, y un cartel con su nombre: Camí del Viró. Acompañados por el Júcar a nuestra izquierda, en pocos minutos llegaremos a la fuente del Viró (km 0,5), pequeña fuente en el margen de un campo de naranjos con dos caños de los que emana el agua de las bocas de lo que parecen cabezas de leones. El agua cae a una pequeña pila y de ahí pasa al abrevadero contiguo, hoy en día sin uso por la ausencia de ganado y caballerías. Frente a la fuente está el lavadero municipal, reconstruido en 1985, motivo por el que se encuentra en buen estado de conservación. No debemos olvidar que en la década de los 80 del siglo pasado se tuvieron que hacer muchas reconstrucciones debido a la rotura del pantano de Tous el 20 de octubre de 1982, a poca distancia aguas arriba de Sumacàrcer, hecho que provocó la inundación de parte del casco urbano y de tres cuartas partes de los campos de cultivo.

Continuaremos por el camino entre campos de naranjos, interrumpidos por el Júcar a nuestra izquierda y por la carretera CV-560 a la derecha. Un poco más adelante cruzaremos la Real Acequia de Escalona (km 1,4), un canal de dimensiones considerables que transporta aguas para el riego de campos situados en los términos de Sumacàrcer, Càrcer, Cotes, Alcàntera, Beneixida y Villanueva de Castellón (Castelló de la Ribera). Las aguas las capta del Júcar por medio del azud de Escalona, construido aguas abajo del pantano y arriba de Sumacàrcer.

Unos 200 metros después de pasar por encima de la acequia alcanzaremos la carretera CV-560, la cual cruzaremos con precaución para seguir las indicaciones hacia el Camí del Bancal Roig. Es en este punto donde comienza la subida. El primer tramo transcurre por un empinado camino en la ladera de la montaña, transformada y escalonada para los campos de naranjos. Al alcanzar la cota superior de riego, límite de los campos, tomaremos la senda Vedada como continuación del camino.

En el inicio de la senda nos encontraremos con una valla (km 2,2) que rodea todo el campo como  protección a los daños que ocasionan las cabras monteses, pero podremos continuar sin problemas ya que hay una puerta que se puede abrir y que no deberemos olvidar cerrarla después de pasar. Se trata de una magnífica senda, entre pinos, que no depara confusión alguna para seguirla ya que no existen bifurcaciones que nos puedan generar dudas. Esta senda también ha sido utilizada para el descenso de bicicletas, hecho por el que se han realizado algunas modificaciones en su calzada original con la instalación de saltos y palets para realizar vertiginosas bajadas.

Caminaremos unos 150 metros por la senda y nos encontraremos un poste que indica el desvío al abrigo prehistórico (km 2,4) hacia la derecha. Nos desviaremos para visitarlo y pronto nos daremos cuenta que poco queda de la senda de acceso hasta él, lo que nos obligará a seguir por trochas y monte a través por la empinada ladera. Caminando entre espartos, romeros, enebros y aliagas pronto divisaremos arriba la visera rocosa del abrigo al cual nos dirigimos. No es mucha la distancia que hay desde la senda Vedada hasta el abrigo, algo más de 100 metros, pero salvar el desnivel de la ladera y caminar entre matorral y piedra suelta nos exigirán estar atentos para evitar posibles caídas.

En unos minutos alcanzaremos el abrigo de la Senda Vedada (km 2,6), cavidad poco profunda en la que se que se realizó una cata arqueológica en 1979, tras su descubrimiento, para comprobar su importancia. Los trabajos realizados en él han obtenido como resultado más de 1.100 piezas de material lítico y dos piezas óseas con lo que se pudo adscribir cronológicamente al Paleolítico superior y más concretamente a la cultura magdaleniense (20.000 - 14.500 años de antigüedad). Esta datación se pudo realizar gracias a los paralelismos encontrados entre el material del abrigo y los hallados en las series magdalenienses de la Cova del Parpalló.

El abrigo, orientado hacia el Sudeste, nos proporciona unas amplias vistas hacia la llanura del Júcar ocupada por un continuo manto verde de naranjos y con un fondo montañoso en el que podemos distinguir al Mondúver en su parte más distante.

Después de visitar este importante abrigo prehistórico y disfrutar de las vistas que nos ofrece esta posición elevada, descendemos por la ladera, con precaución, deshaciendo los pasos por los que vinimos para regresar a la senda Vedada y continuar subiendo por ella. No tardaremos en encontrarnos a la derecha de la senda los restos de un antiguo horno de cal o calera (km 3,4). Se trata de una construcción circular de piedra a la que le falta la cubierta superior, que normalmente era de tierra. Estas estructuras se utilizaban para cocer roca caliza y obtener cal. El mecanismo era el de meter roca caliza en su interior y cocerla con leña durante varios días a una temperatura próxima a los 1.000 grados. Con este procedimiento se conseguía una reacción química en la que de la roca caliza (CaCO3), al aplicarle calor, se obtenía dióxido de carbono (CO2) y cal viva (CaO). El uso principal de la cal era el de la construcción (morteros a base de cal) aunque también se utilizaba para encalar las viviendas (al pintarlas de blanco reflejaban mejor la radiación solar) o como desinfectante (para el agua de los aljibes, para evitar enfermedades por los animales muertos…).

A medida que vamos ganando cota, la senda se va aclarando y nos permitirá ver algunos campos de olivos a nuestra izquierda. Seguidamente llegaremos al Camí del Bancal Roig (km 4,4), punto de mayor altitud de la ruta. Giraremos hacia la derecha siguiendo las indicaciones del poste de señalización de la ruta y caminaremos unos 100 metros por este camino que transcurre por una gran planicie donde predomina el cultivo del olivo. Nos volveremos a desviar por el primer camino que sale a la derecha, dirección a La Florida.

El nuevo camino que seguimos ahora se va estrechando hasta convertirse en una estrecha senda, la senda de l’Ombria, que transcurre por la falda occidental de la montaña en la que se asienta el castillo y próximo al barranc de Tonrius que presenta cierto encajamiento. Junto a la senda encontraremos los restos de dos antiguas caleras más, algo tapadas por la vegetación. En este tramo de senda contaremos con algo más de sombra tanto por la orientación en la que se ubica como por los pinos que la acompañan.

A medida que vamos descendiendo comenzaremos a tener vista parcial del pueblo de Sumacàrcer precedido del aterrazamiento de la ladera para el cultivo de naranjos. A nuestra derecha, en lo alto de la alargada montaña, veremos restos de algunos muros del castillo de Penyarroya, fortaleza de época islámica.

En la parte más baja de la senda, justo antes de enlazar con la carretera, nos encontraremos un poste indicador. Se trata del cruce (km 6,8) entre las sendas de l’Ombria y la que sube al castillo (SL-CV 124). En esta ocasión nos ceñimos a realizar íntegramente la ruta SL-CV 17.1 y no subiremos al castillo, pero es más que recomendable realizar la visita a esta fortaleza y contemplar las amplias vistas que se obtienen desde ese privilegiado punto. Esta opción, la combinación de los dos senderos, la recordamos gratamente cuando por el año 2013 decidimos realizarla (https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/sl-cv-17-1-senda-veda-i-ombria-del-castell-sumacarcer-5423893).

Finalizada la senda de l’Ombria, giraremos a la izquierda para continuar por la acera, dirección Sumacàrcer, junto a la carretera CV-560. De esta manera llegaremos en unos minutos al parque de la Florida (km 7,12) lugar donde comenzamos y donde daremos por finalizada la ruta. 


BIBLIOGRAFÍA:

- Villaverde Bonilla, Valentín (1984): La industria magdaleniense del abric de la Senda Vedada (Sumacarcel, Valencia): Nuevas consideraciones sobe el Magdaleniense Mediterráneo Peninsular. SAGVNTVM. Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia. Vol. 18, págs. 29-47.































miércoles, 19 de agosto de 2020

Molló de la Falconera por el barranc de les Escaletes. Cova de les Meravelles (Gandía).



 
ACCESO:

El inicio de esta ruta se encuentra junto al colegio los Naranjos, en la parte más occidental del casco urbano de Gandía. Para acceder a este punto tardaremos unos tres cuartos de hora desde la ciudad de Valencia, tiempo que se emplea para recorrer los 68 kilómetros de distancia que hay. Saldremos por el Sur de la ciudad a través de la carretera V-31 y a continuación seguiremos por la AP-7, autopista gratuita desde el 1 de enero de 2020. Tomaremos la salida 60 hacia la N-332 Gandía, Xeresa, Xaraco. Seguiremos por la N-332 unos kilómetros y pronto la abandonaremos por la salida hacia la CV-675 Barx / Gandia (oest). Tomaremos esta última carretera dirección Gandía (hacia la derecha) y nada más pasar la rotonda, a la derecha, se encuentra el colegio junto al que podremos aparcar.

DATOS TÉCNICOS:

- Nombre de la ruta: Molló de la Falconera por el barranc de les Escaletes.
- Municipio: Gandía.
- Distancia: 8,77 kilómetros.
- Tiempo total: 3h 39’.
- Tiempo en movimiento: 2h 46’.
- Tiempo detenido: 0h 53’.
- Desnivel positivo: 459 m.
- Altitud mínima: 19 m (aparcamiento colegio los Naranjos).
- Altitud máxima: 456 m (vértice del Molló).
- Tipo: circular.
- Señalización: Escasa. Algún poste direccional al comienzo de la ruta.
- Dificultad: Media-alta. El desvío a la cova de les Meravelles puede considerarse como dificultad muy elevada ya que es necesario el uso de las manos para avanzar, sólo para experimentados.
- Cartografía: Mapa Topográfico 1:25.000 795-II Real de Gandía.
- Fecha: 04 de enero de 2020.


Powered by Wikiloc


DESCRIPCIÓN:

La Safor es la comarca costera más meridional de la provincia de Valencia y justo en el centro de ella se encuentra la Serra de la Falconera, una pequeña sierra de materiales calizos y dolomíticos, con orientación NO-S, que surge en un contexto de interferencia de las cadenas béticas e ibéricas. Es un relieve aislado, separado, al Norte, del Mondúver por el barranco de Beniopa; al Oeste se encuentra la gran planicie de la Marxuquera, al Sur el río Vernissa, y al Este los cascos urbanos de Gandía, Real de Gandía y Benirredrà, entre otros, antes de alcanzar la línea de costa.

A pesar de ser un relieve modesto, que alcanza los 456 metros de altitud en el vértice de la Falconera, presenta una morfología abrupta y una comunidad vegetal relativamente buena a pesar de la gran presión demográfica del entorno. Este pico también es conocido popularmente como el Molló de la Creu, denominación más usada en el ambiente senderista, aunque en la cartografía del IGN aparece como Falconera. Su característico perfil puntiagudo no pasa desapercibido y en algunas publicaciones, salvando las diferencias, lo asemejan al conocidísimo monte Cervino, uno de los montes más famosos de los Alpes, en la frontera entre Suiza e Italia.

La ruta que realizaremos será la típica subida al Molló de la Falconera (o de la Creu) desde la parte oriental. Se trata de un recorrido lineal, de ida y vuelta por el mismo sitio, en el que seguramente nos cruzaremos con más personas ya que se trata de un lugar emblemático al que acuden diariamente senderistas y corredores de montaña. Aunque no es un relieve muy elevado, el terreno por el que se camina y el desnivel pueden resultar algo duros para gente no habituada a la montaña. A este itinerario hemos añadido un pequeño desvío, también de ida y vuelta por el mismo sitio, para visitar la cova de les Meravelles, en la cara occidental de la sierra. Este tramo si lo podemos calificar de muy difícil para personas no acostumbradas a la montaña y no es recomendable si no se tiene experiencia ya que, aunque el primer tramo es de senda con cantos sueltos y se puede resbalar, en el tramo final hay que progresar asegurándose con las manos para bajar unos metros por un lateral rocoso del barranco, y nunca recomendable con lluvia o suelo mojado.

El punto de partida se encuentra, a las afueras de Gandía en la parte más occidental del casco urbano, en la explanada exterior del Colegio de los Naranjos, usado habitualmente como aparcamiento (km 0). Allí mismo podremos ver un cartel informativo de la ruta que vamos a realizar y enfrente un poste que indica la dirección que deberemos tomar hacia el Molló de la Falconera. También desde este punto inicial, y a lo largo de un trecho del primer tramo, se puede contemplar el perfil piramidal, puntiagudo, de la montaña.

Los primeros pasos los daremos hacia el Suroeste e inmediatamente cruzaremos por el paso inferior de la carretera N-332 (km 0,3). Seguiremos por el camino asfaltado que un poco más adelante gira 90 grados hacia la izquierda entre campos de naranjos, interrumpidos por la autopista, que se extienden hasta la falda de la sierra. A la altura de la autopista, continuaremos hacia la izquierda para buscar el paso inferior de la AP-7 (km 0,7), que no es más que el paso construido para dar continuidad al cauce del barranc de les Coves, y que algo más abajo se une con el barranc de Beniopa.

Tras pasar bajo la autopista giraremos a la derecha por el camino asfaltado, que ya no ofrecerá mucha pérdida. Mientras nos vamos adentrando en la sierra, a la izquierda veremos algunos campos y a la derecha la falda de la montaña. Pronto comenzaremos a ver algunas residencias que forman parte de la pequeña urbanización Huertos del Algar (km 1,5), escondida en la parte central de la sierra. En el lugar donde el camino asfaltado hace una curva muy pronunciada veremos un nuevo poste indicativo de la dirección a seguir. El cartel indica que nos encontramos a tan solo 2,5 kilómetros del Molló, ofreciéndonos la sensación que se trata de una ruta no muy larga, aunque aún falta la subida. En este punto, donde sale un camino de la curva de la carretera, suelen aparcar algunos vehículos cuyos propietarios ascienden a la montaña evitándose así el primer tramo de asfalto.

Continuaremos recto por este camino unos 200 metros hasta encontrarnos con un dique de grandes rocas, colocadas perpendicularmente al sentido del barranco, con el fin de amortiguar los posibles daños por lluvias torrenciales. Pasaremos por encima de las rocas y seguiremos por el sendero, en el que encontraremos marcas de color azul desgastadas que alguien realizó años atrás para marcar el camino a seguir. Iremos ascendiendo junto al barranc de les Escaletes que queda a nuestra derecha a la sombra de una pinada de pinos carrascos (Pinus halepensis) y rodeados de un denso sotobosque típicamente mediterráneo protagonizado por lentiscos (Pistacia lentiscus), romeros (Rosmarinus officinalis), brezos (Erica multiflora), coscojas (Quercus coccifera), aliagas (Genista scorpius), palmitos (Chamaerops humilis)…

A medida que vamos ascendiendo, las vistas que quedan a nuestras espaldas son cada vez más amplias, pudiendo contemplar parte de la ciudad de Gandía y el mar Mediterráneo. Pasaremos al otro lado del seco barranco y, tras una breve subida, alcanzaremos el Pla dels Bancalets, una pequeña zona desarbolada debido a incendios pasados donde llanearemos con unas impresionantes vistas, desde el Sur, del Molló de la Creu. El perfil puntiagudo de la montaña que podíamos contemplar al inicio de la ruta, desde el Este, difiere bastante de la forma redondeada que se contempla desde su parte Sur, pero aún así no deja de impresionar.

En el llano iremos virando hacia el Noroeste para continuar con una subida que nos conducirá hasta la ladera occidental de la sierra, bajo la que se extiende la gran planicie de la Marxuquera que nos separa de la Serra Grossa. Volveremos a llanear un pequeño tramo a la altura de un barranco muy encajado que presenta y que podemos ver, desde nuestra posición, un gran abrigo rocoso junto al que es posible que veamos algunos escaladores. En este punto hay una senda que proviene de la Marxuquera y se une a la que estamos siguiendo. Nosotros, para completar esta ruta, hemos bajado un tramo hasta la Cova de les Meravelles. Tiene una parte de dificultad elevada ya que hay un tramo algo expuesto al barranco y que necesita del uso de las manos para hacer pequeños destrepes con seguridad, tramo que no se aconseja a gente no habituada a la montaña.

De esta manera, nos desviaremos hacia la izquierda para bajar por la senda. Con precaución por las piedras sueltas del primer tramo iremos descendiendo rápidamente. Pronto llegaremos a un punto donde las paredes del barranco se estrechan y se pierde el sendero. Es aquí donde deberemos tener mayor precaución y buscar los pasos más fáciles para bajar por las rocas hasta el barranco. Si nos fijamos bien podremos ver unas grandes marcas pintadas, y bastante desgastadas, por donde continua el recorrido, aunque estás marcas son más visibles para los que suben. Este punto es conocido como el Pas de la Rabosa, y nos permitirá cruzar el barranco y acercarnos hasta la Cova de les Meravelles (km 3,4), en la base del cantil rocoso.

Las entradas a la cueva se encuentran cerradas para preservar el yacimiento, aunque desde detrás de las rejas podemos contemplar la vista parcial de algún pasillo y sala de la cavidad. Se trata de una cueva objeto de estudio e investigación desde hace más de un siglo. El naturalista Juan Vilanova, en 1865, la descubrió para la ciencia con la recogida de una serie de restos óseos de mamíferos y cerámica romana. A partir de esa fecha comienza a recibir más visitas como las de Eduardo Boscá (1867), Leandro Calvo (1884) y Breuil (1913). El año 1914 es una fecha dramática para la cueva ya que se recibe la noticia que su propietario la había vaciado de tierra para usarla como abono para los campos de naranjos. Ante esta situación, Leandro Calvo e Isidro Ballester fueron a realizar la comprobación de la alteración de los estratos de la cavidad, aunque posteriormente el propietario entregó los materiales encontrados a Isidro Ballester, pero muchos de ellos se habían perdido. En 1932, por parte del SIP, se recuperaron más materiales de una acumulación de tierra en el exterior de la cueva. Posteriormente, en 1953 Enrique Pla dirige una campaña de excavación, la última intervención realizada en el siglo pasado. En verano de 2003, el arqueólogo Carles Miret descubrió casualmente unos grabados prehistóricos (cuatro grabados zoomorfos) en una de las paredes de la cueva datados cronológicamente (unos 25.000 años) como los de la vecina Cova del Parpalló.

Todos los restos encontrados, conservados en el Museo de Prehistoria de Valencia y algunos también en el Museo Arqueológico de Gandía, han podido constatar una ocupación de la cueva desde el Paleolítico superior hasta época ibero-romana. Se recogieron restos óseos de animales, útiles líticos, restos de cerámica, restos de figuras humanas y un conjunto de monedas datadas de época ibera y romana. Con el estudio de los restos se ha llegado a la conclusión que la cueva tuvo la consideración de santuario como así han demostrado los exvotos iberos recuperados.

No cabe la menor duda que nos encontramos en un lugar de gran valor arqueológico cuyas manifestaciones de arte rupestre paleolítico, junto a las de Parpalló, convierten esta zona en una de las más importantes de toda el área mediterránea. Y pronto se podrá disfrutar de una mayor divulgación de la cueva ya que a finales de 2019 se comunicó que se iba a restaurar el conocido y singular edificio del Morabito, el que podemos ver de planta circular en el llano de la Marxuquera frente a la cueva, para reconvertirlo en el centro de interpretación de la Cova de les Meravelles, de la Marxuquera y de la Serra de la Falconera. El Morabito, también llamado la Nevasca, es un edificio del siglo XVII cuyo uso ha sido objeto de controversia hasta las últimas investigaciones que confirman que se trataba de un almacén temporal del hielo que traían de las neveras del interior antes de destinarlo a la capital de la Safor.

Después de ver parte de la cueva desde su entrada y disfrutar de las magníficas vistas de la Marxuquera, regresamos hacia la senda. Volveremos a pasar por el Pas de la Rabosa, pero ahora en sentido ascendente, más fácil, y podremos ver las marcas que indican el camino por las rocas, marcas que eran difíciles de ver en la bajada. Una vez salvado este paso, subiremos hasta enlazar nuevamente con la senda principal de la que nos desviamos y por la que seguiremos dirección Noroeste. Poco más adelante gira hacia el Este en busca del collado del Molló desde donde comienza una cómoda subida en zigzag, con una vista frontal protagonizada por el Mondúver, que nos conducirá hasta el vértice geodésico Falconera (km 4,6), o Molló de la Creu como es más conocido.

El vértice se encuentra a 456 metros de altitud y, a pesar de ser modesta, se convierte en un excelente mirador de 360 grados debido a su aislamiento y a su prominencia sobre el terreno que lo rodea. Disfrutaremos de un paisaje rico, variado, de contrastes, donde podemos ver el mar Mediterráneo y las montañas, las ciudades y los campos, zonas llanas y zonas elevadas… Entre las elevaciones destacan el Montgó al Sureste, el Mondúver y el Penyalba al Noroeste, y el Benicadell al Suroeste.

En cuanto al nombre que recibe, Molló de la Creu, podemos encontrar referencias similares si consultamos las Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reyno de Valencia, de 1797, de Cavanilles donde se puede leer: “…y al sur un gran monte aislado, que unos llaman Falconera, y otros la Creu del Mestre Pere.” Sin embargo, medio siglo después, en el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico, de 1845, de Pascual Madoz, aparece otro nombre para la cruz: “El otro monte que después del Monduber tiene más elevación en el part., es la Falconera, vulgo Cruz del Maestre Pablo, que se encuentra aislado, dando paso por sus faldas al terr. llamado la Marchuquera”.

Lo que sí que queda claro es que en lo más alto hubo una cruz, de la que aún quedan restos cerca del vértice. Fue construida en 1957 con cemento y varillas de hierro, pero destruida, según las fuentes consultadas, posiblemente por un rayo. En la actualidad, hay una iniciativa por parte de la Associació d'Amics del Molló de la Creu para volver a instalar una cruz en el lugar que se encontraba la anterior.

Después de disfrutar del paisaje regresaremos por el mismo camino hasta el colegio los Naranjos (km 8,77) donde aparcamos el vehículo y aunque se trata de desandar el sendero podremos contemplar nuevas vistas desde una perspectiva diferente.


BIBLIOGRAFÍA:


- Cardona Escrivà, J., Sánchez Signes, M. y Ahuir Domínguez, J. (2017): Una colección de exvotos de terracota procedentes de la Cova de les Meravelles (Gandía, Alicante). 8 Coloquio del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos, 7-9 de noviembre de 2013, Universitat d’Alacant: 573-586.

- García Espinosa, Desireé (2004): Hallazgos monetarios en la Cova de les Meravelles (Gandia). Archivo de Prehistoria Levantina, XXV. Págs. 359-372.

- Pla Ballester, Enrique (1945): Cova de les Maravelles (Gandía). Archivo de Prehistoria Levantina, II. Págs. 191-202.

- Villaverde, V., Cardona, J., y Martínez-Valle, R. (2005): Noticia de los grabados paleolíticos de la Cova de les Meravelles (Gandia, Valencia): la importancia del arte solutrense en la región mediterránea ibérica. En: José Luis Sanchidrián Torti, Ana María Márquez Alcántara y Josep M. Fullola i Pericot (Editores): La Cuenca mediterránea durante el Paleolítico superior, 38.000-10.000 años. Fundación Cueva de Nerja, 214-225.