Revolcadores (Murcia)

martes, 11 de febrero de 2014

Castellar de Meca (Ayora)


DATOS TÉCNICOS:

Nombre: Castellar de Meca.
Municipio: Ayora.
Distancia: 5,28 kms.
Duracion: 2h 30'.
Desnivel acumulado: 291 m.
Altitud mínima: 878 m.
Altitud máxima: 1.060 m.
Fecha: 06 de octubre de 2013.

ACCESO AL INICIO DE LA RUTA: 

Aunque el yacimiento se encuentra en el término de Ayora, el comienzo de la ruta se encuentra en el término manchego de Alpera. Para llegar hasta allí hay que salir de Valencia, hacia el sur, por la V-31 para continuar, primero por la A-7, y después por la A-35, dirección Albacete. Más adelante enlazaremos con la A-31 la cual abandonaremos por la salida 148 para tomar la N-330 dirección Ayora. A la altura de las Casas de Madrona nos desviaremos hacia la izquierda por la CV-437 dirección a Alpera. Por esta carretera, antes de llegar a Alpera, veremos las indicaciones para acceder al parking.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:


El poblado íbero de Castellar de Meca se encuentra en la parte más septentrional de la Sierra del Mugrón, una sierra de unos 16 kilómetros de longitud que se extiende de NE a SO entre el municipio valenciano de Ayora y los municipios manchegos de Almansa, Alpera y Bonete. Es un afloramiento rocoso calcáreo formado por depósitos marinos del Mioceno, con cotas superiores a los mil metros de altitud. La cota de mayor altitud se encuentra al sur de la sierra, en el vértice Mugrón donde se alcanzan los 1.209 metros. En la parte donde se encuentra el poblado, el Puntal de Meca, la sierra toma dirección oeste. Un estrechamiento en este sector hace que el amesetado puntal quede prácticamente aislado, característica que le confiere un auténtico carácter defensivo.

Desde el punto de vista arqueológico, se han encontrado restos que evidencian la ocupación continuada de este emplazamiento desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media. Sin embargo, el mayor esplendor se le atribuye a la cultura ibérica, entre los siglos V y III a.C. El yacimiento ocupa una superficie de unas 15 hectáreas y unos 800 metros de longitud, y en esta superficie se pueden encontrar una gran cantidad de excavaciones rupestres destinadas a aljibes, silos, viviendas y caminos rodados, excavaciones que lo convierten en un yacimiento singular tanto por la cantidad en número como por las dimensiones que alcanzan algunas de ellas.

Además, toda esta zona cuenta con figuras de protección de la Red Natura 2000. Declarado LIC Sierra del Mugrón, con una extensión de algo más de 2.000 hectáreas, se diferencian tres unidades paisajísticas como son la sierra propiamente dicha donde se encuentra una magnífica comunidad de sabina negral; la zona baja de cultivos predominantemente de secano en la que habitan numerosas especies de aves esteparias; y la desecada laguna de San Benito que se encuentra incluida en el Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, adquiere mayor extensión la ZEPA Meca-Mugrón-San Benito, con una superficie de más de 7.000 hectáreas, para la protección del hábitat de unas 16 especies de aves presentes.


El punto de inicio de esta ruta comienza en una zona de aparcamiento habilitada a la que se accede a través de caminos indicados a partir de la carretera entre Casas de Madrona y Alpera. Además, al tratarse de una propiedad privada, los propietarios han establecido como día de visita los domingos, de 9 a 14 horas. Iniciamos la andadura hacia un pequeño campo de pinos jóvenes que bordearemos siguiendo las indicaciones de los postes, y que nos conducirá a un pequeño repecho. Tras esta pequeña cuesta enlazamos con un sendero y continuamos por él hacia la izquierda. A pocos minutos llegamos a la fuente de Meca, un punto de agua que es conducida hasta una pileta de obra, junto a una gran roca, para el abastecimiento animal. Desde la fuente, si nos fijamos abajo a la izquierda, podemos ver una construcción de piedra que se levanta pocos metros del suelo y se encuentra perfectamente integrada en el paisaje. Nos desviamos hacia ella y nos asomamos a la parte delantera. Se trata del aljibe de la fuente de Meca, una construcción abovedada con ladrillo hacia la que son conducidas las aguas de dicha fuente. Excavado en el suelo y con un techo que parece el propio suelo del terreno, este depósito de aguas tiene una capacidad de almacenamiento considerable. Junto a la portezuela de acceso hay un conjunto de piletas que se usaban para verter el agua que se sacaba.

 

Regresamos de nuevo al sendero, antiguo camino de acceso al poblado ibérico, que cada vez se va encajando más debido a las campañas de excavación realizadas. Una auténtica obra de comunicación que salvaba más de 300 metros de desnivel entre la ciudad ibérica y los llanos que la rodeaban. El camino de tierra da paso a otro de roca y, a la entrada, podemos ver varios bloques tallados. En este punto se encontraba la puerta de acceso al poblado y justo delante una bifurcación de caminos: uno es por el que venimos desde la parte occidental de la sierra, y otro que continuaba por la parte norte dirección a los llanos de San Benito.


Continuamos por el camino excavado en la roca que permitía el paso de carros, y a pocos metros, en un rebaje de la roca a nuestra izquierda, podemos acercarnos al pico de la Voluntaria, lugar desde el que ya comenzaremos a tener una amplias vistas panorámicas de los extensos campos de secano rodeados de montañas cubiertas por un manto verde de pinos: el Puntal del Arciseco, Puntal de Tortosillas, Sierra Palomera, Montemayor,… Aquí podemos observar las primeras estructuras excavadas en la roca, algunos depósitos circulares y rectangulares, y algunos orificios que servirían para la colocación de vigas para los techos. Regresamos al camino excavado en la roca y seguimos subiendo. A medida que ascendemos, el camino se profundiza más, hecho que le da el nombre de camino Hondo. Llegamos a una curva muy pronunciada, lugar donde el camino fue excavado más de 4 metros de profundidad y unos 2 metros de anchura. Vamos girando en la curva y enseguida aparecemos en la parte alta, con una visión casi completa del conjunto del poblado.


A partir de aquí comienza la visita al poblado. Continuando por el camino principal unos metros nos encontramos, a la izquierda de éste, el depósito más grande de todo el yacimiento, conocido como el Trinquete. Se calcula que su capacidad de almacenaje era de unos 2.000 m3. Se piensa que este depósito no estaba destinado al acopio de agua ya que por sus dimensiones parece excesivo para el abastecimiento del lugar y, además, al encontrarse junto al camino por donde transitaban las caballerías podrían filtrarse excrementos de los animales. Los depósitos de los que se está seguro que fueron aljibes son los que cuentan con canalillos por los que circulaba el agua, y en algunos casos se puede ver cómo algunos depósitos conectaban con otros inferiores por medio de canales.


Continuamos un poco más por el camino y nos desviamos hacia la derecha dirección al borde más septentrional del Puntal de Meca para recorrer el poblado y disfrutar de las vistas que nos ofrece este punto elevado. Desde aquí nos dirigimos ahora hacia el punto más occidental del yacimiento y también más elevado con 1.058 metros, una auténtica atalaya natural. Después de contemplar el paisaje, retrocedemos hasta coger la senda que va por una pequeña vaguada y comenzamos a descender. A la derecha podremos ver otro de los depósitos más grandes de Castellar de Meca. Nos desviaremos hacia la derecha, por la parte inferior de este depósito, y por un paso por el borde rocoso de la montaña llegaremos a la Cueva del Rey Moro, un gran abrigo en la parte norte y que queda escondido de la vista de los visitantes.


Regresamos a la senda que baja por este reguero y continuamos descendiendo, primero por la senda y después por unos escalones tallados en la roca y de factura moderna. Unos metros más abajo volvemos a la fuente de Meca. El camino de regreso hasta la zona de aparcamiento se realiza deshaciendo los pasos del principio de la ruta.

2 comentarios:

  1. Desde hace bastante tiempo sigo con inquietud tu blog, y he de decir que cada espera hasta la siguiente publicación merece la pena, tanto como por la cantidad de información aportada como por la forma de narrarlo, de tal manera que con un pequeño párrafo y las fotografías adecuadas podemos realizar el sendero de una manera pre-rutera y poder disfrutarlo con las descripciones aportada una vez in situ.
    Respecto al itinerario que proponéis esta vez he de decir, que ya la toponimia Castellar nos hace referencia a una gran zona fortificada, y es que hay que destacar que los íberos eran de aquellos pueblos que todavía vivían en promontorios más o menos inexpugnables y con una posición estratégica en el territorio. Y la ruta que hoy queda aquí expuesta con gran acierto es la muestra de esa gran magnitud, como has dicho 15 hectáreas, lo que denotaba cierta importancia, tal vez como Edeta y que permitía controlar el siempre paso desde los llanos de Almansa hacia la zona del Levante. Sería muy bueno poder descubrir el porqué durante el período romano la zona no se desarrollo más o se aprovechó esta impresionante fortaleza.
    Sin duda creo que toda aquella gente que conozca de nuevo ahora el Castellar de Meca y sepa apreciar la cultura y el paso de los años en cada roca disfrutará y podrá conocer una parte de nuestro pasado sin la cual no entenderíamos nuestro presente.
    Sin más te animo a seguir con cada descripción de las rutas, pues a cada lector que te seguimos nos adentras en territorios desconocidos que descubrimos gracias a esos senderos, que muchas veces no están como grandes rutas emblemáticas o más "famosas" pero que sin duda su valor está muy por encima por todo aquello que aporta.
    Quizás una pequeña crítica, no al autor, si no al gestor de la propiedad del Castellar, si un bien de interés cultural está dentro de un territorio privado y además con bastantes escollos para poder acceder. Es que se debería potenciar mucho más en la zona del Valle de Ayora-Cofrentes este enclave que sin duda está entre los primeros a nivel penínsular en cuanto a emplazamiento, construcciones (murallas, aljibes, carriladas, etc.) y en cuanto a recorrido visitable.
    Muchas gracias al autor por seguir describiendo el territorio como hace más de 200 años un señor llamado Cavanilles que comentó todas sus rutas en grandes volúmenes.Espero la siguiente entrega ;).
    PD: Me siguen fascinando las marcas en piedra de las ruedas de las carretas con ruedas de hierro, una huella del hombre imborrable en piedra.

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    1. Muchas gracias por tus palabras amigo geosenderos!!! He leído con mucha atención tu comentario y me ha confortado mucho. Gracias a comentarios como el tuyo, continuamos en esta línea de intentar aportar nuestro granito de arena en este campo del senderismo, así como tú haces también a través de tu blog "Geosenderos", el cual también seguimos nosotros: http://geosenderos.wordpress.com/

      Un fuerte abrazo!!!

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