Techo de Teruel: Peñarroya (2.028 m)

Datos técnicos:

Nombre de la ruta: Techo de Teruel: Peñarroya.

Municipio: Alcalá de la Selva.

Provincia: Teruel.

Techo provincial: Peñarroya  (2.028 m).

Distancia: 14,7 kilómetros.

Tiempo total: 5h 26’.

Tiempo en movimiento: 4h 02’.

Tiempo detenido: 1h 24’.

Desnivel positivo: 683 m.

Altitud mínima: 1.368 m (Lavadero junto al cruce a la entrada de Alcalá de la Selva).

Altitud máxima: 2.028 m (Peñarroya).

Tipo: circular, con un tramo lineal al principio y final de la ruta.

Señalización: Parcialmente señalizada. Parte de la ruta coincide con el GR-8.

Dificultad: Media.

Cartografía: Mapas Topográficos 1:25.000 568-3 Alcalá de la Selva y 568-4 Valdelinares.

Fecha: 19 de septiembre de 2015.

Track: techo de Teruel: Peñarroya (2.028 m).

Acceso:

El itinerario que seguimos para acceder al punto de inicio de la ruta, desde Valencia, fue a través de la A-23 (autovía Mudéjar). Abandonamos esta vía cerca de Sarrión, por la salida número 76 para incorporarnos a la carretera A-228 dirección Mora de Rubielos. Por esta carretera llegaremos, pasada la pedanía de La Virgen de la Vega, al lavadero y Fuente Vieja, en el cruce con la entrada a Alcalá de la Selva, punto donde comienza la ruta.

Descripción:

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Tiempo atrás se consideraba el pico Javalambre (2.019 m) como el más alto de la provincia turolense pero esa condición la ostenta el Peñarroya con sus 2.028 metros de altitud. Ambos se encuentran en la comarca más meridional de Teruel, y también de todo Aragón, la comarca de Gúdar-Javalambre. Es un territorio principalmente forestal, ganadero y agrícola, formado por 24 municipios en los que apenas habitan unas 8.000 personas. En los últimos años la economía de la comarca se ha visto incrementada por el turismo rural, el senderismo y las estaciones de esquí de Javalambre y Valdelinares.

El relieve de esta unidad geográfica está formado por dos macizos montañosos que son la Sierra de Gúdar y el Macizo de Javalambre, separados por la depresión del río Mijares. La máxima cota de Teruel se encuentra en la Sierra de Gúdar que pertenece al sector oriental de la Cordillera Ibérica, de clara orientación NO-SE. Más que de una imponente sierra, se trata más bien de una alta plataforma formada por el Peñarroya - Sierra del Monegro, de naturaleza predominantemente caliza.

La parte más oriental de la ruta transcurre por zona perteneciente a la Red Natura 2000, concretamente al LIC Maestrazgo y Sierra de Gúdar, con más de una docena de hábitats de interés comunitario y con importantes extensiones de pinares de Pinus sylvestris y Pinus nigra bien conservados.

Iniciamos la ruta desde el conjunto Fuente Vieja y lavadero junto a la carretera A-228 donde se puede aparcar perfectamente el vehículo. A pocos metros de aquí se encuentra un cruce para seguir hacia Alcalá de la Selva si se continua recto o para dirigirse hacia Gúdar en caso de seguir la carretera hacia la derecha. Y en lo alto del promontorio rocoso del cruce se encuentran las ermitas de San Roque y de Nuestra Señora de Loreto, del siglo XVII, que al estar unidas por la cabecera forman un único conjunto, aunque cada una tiene su propio pórtico.

Nuestros primeros pasos transcurren junto a la carretera A-228, dirección Gúdar, durante poco más de un centenar de metros. Abandonaremos el arcén para continuar hacia la derecha por un camino de tierra siguiendo las indicaciones y marcas del sendero GR-8 dirección Valdelinares. A muy escasa distancia cruzaremos el exiguo caudal del barranco de la Cañada que cruza perpendicularmente el camino. Y no muy lejos abandonaremos este camino para seguir por un sendero que sale a la izquierda por el que también continua el GR-8.

Un centenar de metros más adelante abandonamos el GR-8 y seguimos hacia la izquierda por un sendero  junto a la ladera de una pequeña vaguada. Pronto nos vemos caminando por una cañada de ganado delimitada por muros de piedra en seco. Estas estructuras, que delimitan el paso del ganado, nos evidencian la importancia de la ganadería en la Sierra de Gúdar donde la trashumancia ha sido una actividad muy importante.

El amplio paso entre los muros de piedra da paso a un estrecho sendero que transcurre por un frondoso y continuo pinar que nos acompañará hasta el mismo vértice geodésico. Son dos las principales especies que se pueden observar: el pino laricio (Pinus nigra) y el pino albar (Pinus sylvestris). También está presente, aunque en menor medida y en las cotas más elevadas, el pino negro o moro (Pinus uncinata), especie de gran resistencia al frío. Este último pino fue “descubierto” por el ingeniero de montes y naturalista Luis Ceballos, por el año 1941, tras su visita a la sierra de Gúdar, pino que hasta ese momento en España solamente se conocía en la zona de Pirineos.

Poco a poco se va ganando altitud. Hacemos una primera parada junto al Mas del Corralejo lugar donde los pinos nos permiten ver la zona más baja, cultivada y parcelada, con algunas choperas que destacan sobre los extensos pastos, y donde las urbanizaciones de la Virgen de la Vega se encuentran salpicadas por las zonas llanas. Completa la escena todo el relieve montañoso, cubierto por espeso pinar, que rodea las zonas de cultivo y pasto.

Seguimos ascendiendo por el sendero, por la solana, la parte sur de la montaña, y tras caminar pocos centenares de metros conectamos con un camino por el que continuaremos durante unos dos kilómetros, a la sombra de altos pinos. Pasado este tramo llegaremos al cortafuegos por el que continuaremos hacia la izquierda. Desde aquí ya podemos divisar el vértice geodésico. Sin pérdida por el cortafuegos, cruzaremos el camino y enseguida habremos alcanzado el Peñarroya.

Llama la atención la altura que alcanza la construcción sobre la que se encuentra el vértice. Se trata de dos cuerpos cuadrangulares de mampostería de piedra de unos diez metros. Para llegar hasta el vértice propiamente dicho se asciende por unas grapas como las que se instalan en las vías ferratas. Las dimensiones de esta construcción han dado mucho de qué hablar, especialmente por la disputa de techo provincial con Javalambre. Parece ser que la altura del edificio sobre el que se encuentra el vértice del Peñarroya, al igual que el del vecino vértice del Monegro (1.957 m.) a unos cinco kilómetros y medio en línea recta al Sureste, responden a una cuestión de visibilidad. Los vértices geodésicos son puntos que marcan una posición geográfica exacta y sirven para elaborar los mapas topográficos a través de una red de triangulación con otros vértices. Es por ese motivo por el que los vértices suelen colocarse en lugares elevados y muy visibles. Pero en el caso del Peñarroya, aunque sí es un lugar elevado, no es visible ya que la masa forestal cubre la parte más elevada de la sierra y se ha tenido que realizar esta construcción de piedra para que sobresalga por encima de las copas de los pinos.

Después de contemplar las vistas desde el vértice y el mirador que se encuentra junto a él, regresamos al camino que habíamos cruzado y continuamos por él un pequeño tramo hasta encontrar un hito de piedras. Nos desviaremos hacia la derecha, monte a través, siguiendo los hitos de piedra, normalmente visibles unos de otros. Más abajo cruzaremos el camino y seguiremos por el pinar si perder de vista los montoncitos de rocas.

El último tramo tiene una pendiente más elevada donde extremaremos las precauciones para evitar resbalones. Alcanzamos la pista de los Monegros cerca del cruce con el Área Recreativa Fuente de la Chaparrilla, perfectamente señalizada y a unos 500 metros de distancia. También en este punto enlazamos con el sendero GR-8 y continuaremos por él siguiendo las marcas blancas y rojas. En la bajada, el pinar da paso de nuevo a los pastos de los que el ganado bovino da buena cuenta. A nuestra izquierda dejamos algunas construcciones: Mas del Monegro Alto, Mas del Monegro Bajo y el Monegrillo.

Más abajo, en una curva pronunciada donde sale un par de caminos más, seguiremos las indicaciones del GR-8. El nuevo camino por el que continuamos se va estrechando poco a poco hasta convertirse en sendero, delimitado por muros de piedra en seco en las proximidades al Mas de Tarín. Una vez dejamos a nuestra espalda esta casa seguimos por el sendero, entre campos de cultivo, hasta su unión con un camino. Giramos a la izquierda y en pocos minutos llegamos a la bifurcación donde horas antes nos habíamos separado. Desde este punto hasta los vehículos solamente tenemos que deshacer los primeros pasos que dimos al comienzo de la ruta.