Moncada se encuentra en la
comarca de l’Horta Nord, dentro de la llanura litoral valenciana formada por
los continuados aportes sedimentarios de los ríos Turia, Júcar y Palancia
principalmente, y de otros ejes hídricos secundarios como el Barranc del
Carraixet. Su término municipal ocupa una extensión de unos 15,8 km
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y su superficie presenta algunas pequeñas elevaciones en su parte norte y
oeste. La mayor cota de altitud se alcanza en la zona más occidental, en el Tos
Pelat, a 92 m.s.n.m., lugar ocupado por los íberos para construir su
oppidum,
término en latín que hace referencia a los
poblados construidos en elevaciones y que se encuentran fortificados o
amurallados.
La Ruta Cavanilles, también
denominada Moncada y las observaciones
del botánico Cavanilles, es un sendero paisajístico e histórico de unos
siete kilómetros de longitud y poca dificultad. La mayor parte del recorrido es
lineal aunque tiene una parte circular en el paraje de les Vinyetes. Transcurre por la parte más occidental del término,
cerca del límite con los términos de Bétera y Valencia. El itinerario es un
homenaje al ilustre botánico y naturalista valenciano Antonio Josef Cavanilles,
autor de las Observaciones sobre la
historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del reino de
Valencia (1795-1797), obra que fue fruto de las excursiones realizadas por
Cavanilles durante 20 meses entre los años 1791 y 1793. La ruta pretende seguir
sus pasos por Moncada, por un paisaje que ha ido cambiando por la acción del
hombre.
Salimos de la
ermita de Santa Bárbara, edificio
religioso de principios del siglo XVIII localizado al norte del casco urbano, y
nos dirigimos al cruce de las calles Barcelona y Daniel Comboni, donde se
encuentra el
cartel informativo de
la ruta. Se continúa hacia el norte por esta última calle, y se pasa bajo un
gran algarrobo que hay en el paseo. Poco después, las indicaciones nos mandan
cruzar la calle hacia la izquierda y, tras dos giros más adelante, alcanzamos
el
camí dels Fornets de la Calç. En
este camino, en un lugar donde aflora el suelo rocoso, se pueden apreciar unas
hendiduras talladas en la roca. Se trata de unas
carriladas que cuentan con más de 2.000 años de antigüedad realizadas
por el continuo paso de carros, ya desde época ibérica, y que denotan la
importancia de este camino como punto de conexión entre la costa y el interior
para el comercio de productos como el vino y el aceite, y de piedra y cal de
las canteras próximas en épocas más recientes.
Continuamos por el camino, entre
campos de cultivo, y pasamos por
Masies,
una zona de residencias realizadas en terrenos que antaño estaban ocupados por
vegetación natural y por cultivos. Al girar hacia el oeste e ir dejando atrás
estas viviendas, nos encontramos, a la derecha del camino, una construcción
circular realizada en piedra en seco. Este tipo de caseta de piedra recibe el
nombre, en esta zona, de
catxerulo.
Unos sesenta metros más adelante
llegamos a una bifurcación de caminos donde podemos ver un poste informativo.
Nos encontramos en el paraje de les Vinyetes, en el que actualmente
predominan los algarrobos. Sin embargo, el topónimo de “vinyetes” nos ofrece cierta información de la importancia que tuvo
el cultivo de la vid en esta zona durante siglos, en convivencia con los olivos,
posteriormente con los algarrobos y, más recientemente, con naranjos. Desde
este punto, vemos al frente, una pequeña loma amesetada hacia la que nos
dirigimos. En la bifurcación escogemos seguir por el camino de la derecha hacia
el Tos Pelat, y más tarde regresaremos
a este mismo punto por el camino de la izquierda.
Siguiendo las indicaciones, en
pocos minutos llegamos a la base de la loma donde un cartel, junto a un gran
algarrobo, nos informa que estamos dentro del perímetro del entorno del
yacimiento ibérico del Tos Pelat,
declarado Bien de Interés Cultural en 2005. Subimos una pequeña cuesta y
alcanzamos la parte superior donde ya podemos contemplar el resultado de las
excavaciones realizadas en el yacimiento, que se encuentra vallado. Para
concertar la visita al Tos Pelat se debe llamar con antelación al Museo
Arqueológico Municipal de Moncada, al teléfono 96 130 17 52. La visita guiada,
por el director del museo, dura cerca de una hora.
El yacimiento, con una extensión
cercana a las tres hectáreas, se encuentra a 92 m.s.n.m., punto más elevado de
esta pequeña colina. Llevadas a cabo nueve campañas de excavación, en el año
2009 se realiza una puesta en valor de este oppidum.
El poblado estuvo ocupado entre finales del siglo VI hasta mediados del IV a.C.
sin que se conozcan todavía las causas de su abandono. Su posición en el
territorio es estratégica al encontrarse cerca de la costa y a medio camino
entre otras ciudades como Edeta (Llíria) y Arse (Sagunt), lo que seguramente le
hizo jugar un papel importante en el comercio de la zona, como así atestiguan
los restos de cerámicas de origen fenicio, púnico y griego encontrados. Las
excavaciones han sacado a la luz dos viviendas completas, parte de otras dos y
un trozo de calle. Las viviendas son de un tamaño considerable y cuentan con
siete y nueve habitaciones. El poblado se encontraba rodeado de una potente
doble muralla de piedra en la que aparecieron adosadas dos torres. En las cercanías
al yacimiento se encuentran las conocidas canteras del Tos Pelat, que explotadas
durante siglos, abastecieron de piedra y cal a la ciudad de Valencia y otros
sitios de la comarca. En ellas aún se observan marcas de la extracción manual
de la roca.
Tras la visita volvemos a bajar
la cuesta y vamos de nuevo hasta el camino con un poste indicador por el que
vinimos. Giramos hacia la derecha y seguimos por un tramo rectilíneo hasta una
curva pronunciada junto a la que encontramos la estructura de una noria de sangre. Este sistema de
regadío consistía en la extracción de agua de un pozo por medio de la tracción
animal.
Seguimos por el camino y poco más
adelante llegamos a la bifurcación del paraje de
les Vinyetes. El regreso hasta la ermita de Santa Bárbara, punto
inicial y final de la ruta, se realiza por el mismo camino por el que vinimos,
deshaciendo los pasos del primer tramo del sendero.