Revolcadores (Murcia)

jueves, 10 de septiembre de 2020

Ruta de los Pantaneros - Barranco de Falfiguera. Abrigo del Barranco de Falfiguera (Chulilla).

 





ACCESO:

Son 58 kilómetros los que distan Valencia de Chulilla. El acceso hasta esta población de Los Serranos es bastante sencillo, a la que se llega en unos tres cuartos de hora. Saldremos de Valencia hacia el Noroeste por la Avenida Pío XII y continuaremos por la carretera CV-35 (Autovía de Ademuz) durante unos 50 kilómetros. Tomaremos la salida hacia Losa del Obispo / Chulilla, y cruzaremos la población de Losa del Obispo por la Calle la Paz para continuar durante seis kilómetros por la carretera CV-394 hasta el parking que hay al Norte del casco urbano de Chulilla, lugar desde donde comienza la ruta.

DATOS TÉCNICOS:

- Nombre de la ruta: Ruta de los Pantaneros y PR-CV 77 Chulilla - Embalse de Loriguilla.
- Municipios: Chulilla, Loriguilla y Sot de Chera.
- Distancia: 13,31 kilómetros.
- Tiempo total: 4h 00’.
- Tiempo en movimiento: 3h 12’.
- Tiempo detenido: 0h 48’.
- Desnivel positivo: 473 m.
- Altitud mínima: 241 m (puente de los Huertos).
- Altitud máxima: 482 m (camino de Loriguilla a Sot de Chera).
- Tipo: circular.
- Señalización: Sí. Postes de dirección en la ruta de los Pantaneros, y postes y marcas blancas y amarillas en el sendero PR.
- Dificultad: Media - baja.
- Cartografía: Mapas Topográficos 1:25.000 666-IV Chelva y 694-II Chulilla.
- Fecha: 12 de octubre de 2017.
- Enlace para la descarga del track:


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DESCRIPCIÓN:

Chulilla, municipio perteneciente a la comarca de Los Serranos, se localiza en la parte Norte de la provincia de Valencia. Se trata de una pequeña localidad que cuenta con algo más de 600 habitantes. Su casco urbano se ha desarrollado en el collado que hay entre el cerro que ocupa el castillo y la Muela, adaptándose a las condiciones del relieve, motivo por el que ha conservado su callejero medieval.

La primera imagen que nos llevamos del municipio a medida que nos vamos acercando a él con el vehículo es la de un casco urbano cuidado, perfectamente pintado de blanco, y completamente volcado con el turismo. A esta imagen habría que añadir su localización junto al impresionante cañón del río Turia lo que le confiere un excelente valor paisajístico, que se extiende desde los pies del embalse de Loriguilla hasta el Sur de la población de Chulilla. A este conjunto habría que añadir los valores naturales del entorno que le valieron para ser declarado el Paraje Natural Municipal los Calderones donde se pueden encontrar tres grupos de vegetación: la vegetación mediterránea típica extendida por las laderas y montañas; la vegetación rupícola que coloniza las paredes verticales del cañón del río; y la vegetación de ribera con sus formaciones en galería junto al río.

La ruta que realizaremos transcurre por los límites del Paraje Natural Municipal, unas veces por dentro y otras por fuera. El recorrido es circular y está formado por la combinación de dos senderos: la ruta de los pantaneros por la que comenzaremos y que recorre el antiguo camino que los trabajadores del pantano de Loriguilla realizaban todos los días a pie desde Chulilla al embalse, y después seguiremos por el sendero PR-CV 77 que nos llevará desde el embalse hasta Chulilla pasando por las pinturas rupestres del abrigo de Falfiguera (también visto escrito como Valfiguera o Vallfigueras en diversos sitios). Este recorrido lo haremos en sentido levógiro, es decir, en el sentido contrario a las agujas del reloj.

Antes de comenzar cabe señalar que esta ruta ha tenido un gran impacto turístico gracias a su cercanía a la ciudad de Valencia y a la recuperación de los puentes colgantes en el cañón del Turia por lo que podemos encontrar algo de masificación en ciertas fechas. Por tal motivo y para regular la afluencia de las visitas, el Ayuntamiento de Chulilla ha establecido la ordenanza municipal reguladora de la tasa por control de acceso y estacionamiento en el aparcamiento municipal con un importe de 4€ al día por vehículo (parking junto a la carretera CV-394 al Sur de la urbanización de Santa Bárbara), y la ordenanza fiscal reguladora de la tasa por control de acceso al Paraje Natural Los Calderones con un importe de 1€ por persona quedando exentos de esta tasa los menores de 10 años y los mayores de 65 años.

Comenzaremos este recorrido en el parking municipal (km 0) a la salida de Chulilla por la carretera CV-394 que se dirige hacia Losa del Obispo. Nuestros primeros pasos transcurrirán por la calle de la urbanización de Santa Bárbara que se encuentra más pegada a la carretera. La calle pronto acaba y nos veremos obligados a continuar por el arcén de la carretera unos 350 metros hasta que nos desviaremos hacia la izquierda por el inicio de la senda de los Pantaneros. Nos encontraremos el primer cartel con tejadillo de madera que nos da la bienvenida al Paraje Natural Municipal los Calderones donde podremos leer información básica sobre el paraje y la ruta de los pantaneros. Y a pocos metros llegaremos al mirador Compuertas (km 0,8) bautizado con ese nombre al encontrarse justo encima del edificio que alberga las compuertas de regulación del canal que va desde la presa del Charco Azul hasta la central hidroeléctrica de Chulilla, puesta en funcionamiento en 1923 y todavía en uso. Las vistas desde el mirador se concentran básicamente en el profundo, y estrecho, cañón labrado por el río Turia y que tenemos a nuestros pies.

Caminaremos algo más de cien metros hacia el Norte y llegaremos al mirador de la Carrucha (km 0,9), a la altura del conocido Charco Azul, remanso de agua al que acuden muchos visitantes para verlo, bañarse, pescar o hacer fotografías. El nombre que se le ha dado a este mirador se debe a la antigua carrucha (artilugio de poleas) que se encontraba en este lugar y que sirvió para bajar el material necesario para la construcción de la presa del Charco Azul y el tramo superior del canal. Las vistas desde aquí se vuelven a dirigir hacia el encañonamiento del río pero esta vez hacia la parte donde más se estrecha, lugar donde se podían generar los mayores problemas para los gancheros que transportaban la madera de Teruel y Cuenca por el río hacia Valencia, ya que los troncos cruzados podían formar tapones que debían quitar.

Continuaremos hacia el Norte por el sendero que va pegado al borde de la pared vertical del río hasta llegar a la rambla de la Losa (km 1,5). Nos encontramos en el tramo final de la rambla justo antes de su desembocadura en el Turia, lugar conocido con el topónimo de la Punta debido a la forma tan pronunciada que ha dibujado el meandro del río. Y es también en este punto, si nos fijamos en la roca caliza, donde veremos unas formaciones erosivas conocidas como “los calderones”, nombre con el que se bautizó al Paraje Natural Municipal. A partir de aquí el camino, ligeramente ascendente, va virando hacia el Suroeste, continuando en todo momento junto al borde de la pared del río.

Pronto llegaremos a los escalones que dan acceso a los puentes colgantes (km 1,9), principal atracción turística de este tramo que ha provocado su masificación en ciertas fechas. Se trata de dos puentes colgantes instalados en 2013 en el lugar donde se encontraban los puentes que arrasó la riada de 1957 (y que inundó la ciudad de Valencia). Con esta actuación se pretendía recuperar el antiguo camino que realizaban a pie los trabajadores, llamados los pantaneros, que desde Chulilla iban diariamente a la presa de Loriguilla. El primer puente tiene una longitud de 21 metros y se encuentra a 15 metros de altura sobre el río. Y es toda una atracción para los visitantes ya que se forman colas de grupos haciéndose las pertinentes fotos para dejar constancia en las redes sociales. El segundo puente, a 100 metros del primero, es más largo (28 metros) pero menos alto (5,50 metros). Cruzar por ellos y poder contemplar este magnífico encajamiento del río desde una posición tan privilegiada es una sensación fantástica.

A poca distancia después de cruzar el segundo puente nos deberemos fijar bien en los restos ruinosos que quedan de una construcción que bien puede pasar desapercibida. Se trata de lo poco que se ha conservado de la ermita de San José, patrón de los madereros que aquí paraban antes de adentrarse en el cañón del Turia donde algunos llegaron a perder la vida. Gracias a la recuperación del sendero se pudo localizar la ubicación exacta de este edificio religioso.

Continuamos remontando el sendero desde una perspectiva diferente a la que teníamos antes de cruzar los puentes y bajar hasta la orilla del río. Nos encontramos caminando a través del bosque de ribera con vista alta hacia las paredes verticales entre las que se ven obligadas a circular las aguas del Turia. Y hasta en las paredes podemos ver gente ya que en Chulilla hay cientos de vías de escalada muy conocidas en España, y también conocidas por escaladores de todo el mundo que vienen principalmente en invierno. Para facilitar el acceso de los escaladores de una orilla a otra nos encontraremos con alguna pasarela de madera (km 2,5) que nosotros no deberemos cruzar.

Seguiremos por la senda, remontando el río, y viendo como poco a poco las vistas se van haciendo más amplias al separarse las paredes del cañón. Más arriba nos encontraremos una construcción circular junto a un tramo encauzado del río. Se trata de la estación de aforo (km 3,5) de la salida del embalse de Loriguilla encargada de conocer la evolución del caudal del río en este punto concreto. Desde aquí ya vemos la presa hacia la que nos dirigimos por camino de tierra en un primer momento y por pista asfaltada después.

Tras una ligera subida llegaremos a la presa de Loriguilla (km 4,7), construcción destinada principalmente a la producción hidroeléctrica, al abastecimiento humano y al regadío. Las consecuencias de la construcción de la presa, como todo el mundo conoce, supuso el abandono del antiguo pueblo de Loriguilla que fue reubicado en la comarca del Camp de Túria, a unos 20 kms de la ciudad de Valencia. Por ese motivo Loriguilla cuenta con terreno en dos comarcas, en los Serranos donde se encuentra el pueblo viejo, y en el Camp de Túria donde se encuentra el nuevo. El proyecto de la construcción de la presa se encargó, en 1953, a José Sánchez-Tello, y las obras finalizaron en 1967. No debemos olvidar que hasta la riada de 1957 los trabajadores venían caminando por el sendero que hasta aquí hemos realizado y que ahora es todo un reclamo turístico.

Hasta la presa es posible que nos podamos cruzar con bastantes senderistas que vienen a realizar este camino, pero a partir de aquí nosotros enlazaremos con otro sendero, el PR-CV 77, que no es tan transitado ya que la gran mayoría hace lineal la senda de los pantaneros y regresa por el mismo sitio. Continuaremos con dirección Sur por el camino de Loriguilla a Sot de Chera, camino de tierra con componente ascendente. Como en cualquier sendero PR ahora las marcas que seguimos son las de color blanco y amarillo.

Transitaremos algo más de dos kilómetros por este camino, dejando a nuestras espaldas el embalse, hasta encontrar un cruce con indicaciones verticales. Deberemos seguir hacia la izquierda dirección las pinturas rupestres / Chulilla. A ambos lados del camino por el que ahora vamos nos acompañan montañas y es que nos encontramos en el collado Cullibres, lugar de mayor altitud de la ruta. En la siguiente bifurcación volveremos a desviarnos hacia la izquierda y seguiremos por el camino unos novecientos metros. Deberemos estar atentos ya que hay que abandonar el camino para continuar por el barranco de Falfiguera aunque si prestamos atención a las marcas no nos pasaremos ningún cruce.

Avanzaremos barranco hacia abajo entre las rocas, unas veces caminando y otras saltando, y en cuestión de pocos minutos podremos ver en la ladera derecha, a cierta altura, la reja que protege el abrigo de pinturas rupestres bajo una cornisa rocosa. Nos dirigiremos hacia él por el cauce seco del barranco hasta llegar a unas grandes rocas donde arranca la breve subida facilitada por unas escaleras de madera instaladas.

Y de esta manera alcanzaremos el abrigo del barranco de Falfiguera (km 9,8), abrigo con pinturas rupestres descubiertas de forma casual en 1998 por Óscar Aparisi cuando estaba abriendo una vía de escalada en la pared del barranco. El conjunto es variado y cuenta con representaciones de figuras humanas (antropomórficas) en diferentes posturas, y animales (zoomórficas), de entre las que destaca claramente la forma de un cáprido. Esta muestra de arte rupestre levantino se adscribiría al Neolítico, entre el 5000 y 3000 a.C., y aunque representa escenas de caza y animales, fueron realizadas por sociedades de agricultores y ganaderos. El abrigo, como la gran mayoría de los que cuentan con arte rupestre, se encuentra vallado con el objetivo de protegerlo.

Después de deleitarnos con esta muestra de arte parietal y de las vistas que tenemos desde su elevada posición, volveremos al sendero que va por la margen izquierda del barranco. Caminaremos por la vereda de Castilla hacia el Noreste mientras el barranco de Falfiguera se va ahondando en el terreno en busca del Turia. Descenderemos por el estrecho sendero entre pinos jóvenes mientras nos vamos acercando a Chulilla que ya podremos ver al frente. A nuestra izquierda saldrá un desvío hacia el Frailecico que pasaremos de largo.

La senda finaliza en un camino por el que seguiremos hacia la izquierda. Nos dirigiremos hacia el río Turia y lo cruzaremos por el puente de los Huertos (km 12,3). En este punto veremos carteles de otros senderos que transcurren junto al río, como el del remanso de las Mulas por una parte o el  del Charco Azul por la otra. Sólo nos queda la subida al casco urbano. Dejaremos atrás la depuradora y comenzaremos a callejear hasta alcanzar la céntrica Plaza de la Baronía. Desde aquí hasta el aparcamiento seguiremos la calle Maestro Amblar que no es otra que la carretera CV-394 a su paso por Chulilla, donde finalizaremos el recorrido.


BIBLIOGRAFÍA:

- Guía de Parajes Naturales Municipales: Chulilla. Los Calderones. Ed. Diputación de Valencia.

- Sebastián Faubel, Vicente (2010): El abrigo de Falfiguera. Arte parietal en Chulilla. III Jornades d’Arqueologia de València i Castelló, 10-12 de diciembre de 2010. Págs. 9-12. Il·lustre Col·legi Oficial de Doctors i Llicenciats en Filosofia i Lletres i en Ciències de València i Castelló.

- Martínez-Valle, R. (2002): Intervenciones preventivas, conservación y difusión del arte rupestre en la Comunidad Valenciana. Panel, 1: 70-81.























martes, 1 de septiembre de 2020

Senda de la Lloma. Cueva del Volcán del Faro (Cullera).

 

ACCESO:

El inicio de la ruta se encuentra junto al cementerio municipal de Cullera y frente a él encontraremos un gran aparcamiento. De Valencia hasta este aparcamiento hay unos 42 kilómetros, distancia que recorreremos en poco más de media hora. Saldremos de la ciudad de Valencia hacia el Sur por la carretera V-31 y en la bifurcación de la autovía seguiremos por la derecha dirección Alicante/AP-7/A-38 Gandía. Abandonaremos la AP-7 por la salida 535 para continuar por la N-332 dirección Sollana/Sueca/Alicante. De esta manera nos incorporaremos a la A-38 por la que seguiremos dejando a la izquierda Sollana y Sueca. En el kilómetro 15 de la A-38 se pasa de dos carriles a uno solo, y saldremos de esta carretera por la salida de Cullera/Sueca (sud) para seguir por la carretera CV-5040. Llegaremos a la rotonda de entrada a Cullera por el Norte y nos desviaremos hacia la izquierda desde donde veremos de frente el cementerio frente al que aparcaremos.


DATOS TÉCNICOS:

- Nombre de la ruta: PR-CV 366 Senda de la Lloma.

- Municipio: Cullera.

- Distancia: 15,52 kilómetros.

- Tiempo total: 5h 07’.

- Tiempo en movimiento: 3h 51’.

- Tiempo detenido: 1h 16’.

- Desnivel positivo: 403 m.

- Altitud mínima: 2 m (Avenida del Dosel).

- Altitud máxima: 234 m (estación meteorológica - vértice).

- Tipo: circular.

- Señalización: Sí. Postes de dirección y ubicación, y marcas blancas y amarillas.

- Dificultad: Media. 

- Cartografía: Mapas Topográficos 1:25.000 747-IV Sueca y 770-II Cullera.

- Fecha: 28 de noviembre de 2019.

- Enlace para la descarga del track: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pr-cv-336-senda-de-la-lloma-cullera-44163698


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DESCRIPCIÓN:

El término de Cullera se encuentra en una gran llanura formada por depósitos aluviales aportados por los ríos Júcar y Magro y por lagunas litorales. Este llano adquirió su forma actual con la construcción de una barra de arena (restinga) que avanzó desde la desembocadura del Turia, hacia el Sur, hasta el cabo de Cullera, y que cerró una antigua bahía hace unos pocos miles de años. Con ello, la montaña de Cullera, hasta entonces una isla, quedó unida al continente.

Esta modesta elevación calizo-dolomítica, perteneciente a las últimas estribaciones del Sistema Ibérico, destaca sobre la planicie adyacente. Se la conoce o se le ha conocido por diversos topónimos: montaña de Cullera, Muntanya de les Raboses (montaña de los Zorros), montaña del Oro o simplemente la Muntanya. Se trata de un relieve aislado que da lugar al Cabo de Cullera, siendo también el único relieve de la provincia de Valencia que alcanza las aguas del mar Mediterráneo.

La población de Cullera se encuentra al Sur de esta montaña, a resguardo de los vientos del Norte, vinculada históricamente a la agricultura y a la pesca, y más recientemente, a partir de la década de los 60 del siglo pasado, al turismo, actividad que ha provocado, al igual que en toda la costa, un proceso de urbanismo acelerado. A lo largo de la historia, muchos han sido los nombres por los que se ha conocido a esta población, siendo el de época musulmana Colla-Aeria (cumbre alta) del que derivó la actual Cullera.

Al Sur del casco urbano es donde el río Júcar, después de recorrer casi 500 kilómetros de distancia desde el Cerro de San Felipe y atravesar las provincias de Cuenca, Albacete y Valencia, llega al mar Mediterráneo de forma sinuosa a través de la llanura litoral que él mismo originó con el aporte de sedimentos.

En este escenario de gran diversidad paisajística transcurre el sendero PR-CV 336 Senda de la Lloma. Recorre la montaña por su parte más elevada, y el itinerario ofrece unas vistas espectaculares de la desembocadura del río Júcar, de la población de Cullera, su costa, la gran llanura y sus cultivos, la bassa de Sant Llorenç, el Parque Natural de la Albufera y de las cercanas sierras de Corbera, Murta y Agulles. Se trata de un recorrido circular de unos quince kilómetros y medio que realizaremos en el sentido contrario al de las agujas del reloj sin más dificultades que las de caminar por el terreno rocoso de la montaña y salvar pequeños desniveles.

El inicio de la ruta se encuentra junto al cementerio municipal (km 0) frente al que podremos aparcar sin problemas y desde donde comenzaremos a caminar. Nos dirigiremos al Norte del cementerio donde encontraremos un panel informativo de la ruta que vamos a realizar. En este punto constatamos que se ha cambiado el cartel informativo ya que años atrás, concretamente en 2013, realizamos este mismo recorrido (https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pr-cv-336-senda-de-la-lloma-muntanya-de-cullera-cullera-4227725) y no existían las tres variantes que ahora se pueden ver en el mapa. Dos de estas variantes enlazan la parte más alta de la senda con las urbanizaciones Bahía Park (variante 2) y Cullera Park (variante 1), hacia el Este. La variante 3 enlaza dos tramos del sendero, la parte trasera del cementerio con la ladera occidental de la montaña a poca distancia de la estación meteorológica. Nuestro objetivo es realizar la ruta completa sin tener en cuenta ninguna de las variantes.

Nos dirigiremos hacia la derecha para caminar por el sendero que transcurre por la parte trasera del cementerio. La senda, suavemente ascendente, recorre la falda sudoccidental de la montaña de Cullera. A medida que vamos ganando cota las vistas son más amplias. En primer plano, a mano derecha, se encuentra la población de Cullera y el tramo final del río Júcar, a continuación una extensa llanura aluvial ocupada por cítricos y arrozales en su mayor parte, y al fondo la Serra de Corbera. Al poco de pasar junto a un depósito de agua, y acompañados por una pared de guardarraíles que estrechan la senda, comenzaremos a ver al frente el castillo-santuario hacia el que vamos.

Enlazaremos con el camino del calvario a la altura de la tercera estación de este zigzagueante vía crucis, pero en lugar de continuar ascendiendo nos desviaremos hasta la cercana Torre de la Reina Mora (km 2,4), también conocida como Torre de Santa Ana. Es una torre de planta cuadrada de origen islámico (siglo XIII) que se encuentra en la primera revuelta del camino del calvario. Actualmente se halla restaurada y es un importante atractivo patrimonial y turístico de la localidad de Cullera. Su función original fue la militar defensiva frente a los bereberes (piratas del mar). Concretamente fue la puerta de acceso al segundo recinto amurallado del castillo (albacara). En 1631, cuando llevaba tiempo sin cumplir la función para la que fue construida, se habilitó como ermita dedicada a San Rafael, y posteriormente a Santa Ana, nombre por el que actualmente también se la conoce. Hoy en día forma parte de la Ruta de las Torres de la Albacara que, con un recorrido que no llega a los dos kilómetros, permite recorrer todas las torres restauradas de la albacara del castillo.

Después de la visita a la torre seguiremos por el camino del calvario hacia arriba para llegar en pocos minutos al castillo-santuario (km 2,9), conjunto que bien merece una visita. El castillo es de época califal (siglos IX-X) construido, sobre los restos de una construcción íbero-romana, para la defensa y control de la costa, del tramo final del río Júcar y de las vías de comunicación. Contaba con un doble recinto amurallado: la segunda albacara (inferior) de la que la Torre de la Reina Mora forma parte, y la primera albacara (superior o albacar vell) situada donde actualmente se encuentra el santuario de la Virgen del Castillo. A lo largo de sus más de 1.000 años de historia ha sido escenario de muchos acontecimientos históricos y experimentado reconstrucciones y reformas hasta presentar el estado actual, completamente adaptado para las visitas turísticas. En su interior se encuentra también el Museo Municipal de Historia y Arqueología. Adosado al castillo, en su parte más meridional, se encuentra el Santuario de la Virgen del Castillo (Mare de Deu del Castell), patrona de la ciudad de Cullera, construido por el arquitecto José María Belda entre 1891 y 1897, en honor a Nuestra Señora de la Encarnación. La construcción de este santuario, de estilo neo-bizantino, supuso la desaparición del albacar viejo.

Las vistas desde este punto privilegiado son espectaculares: Cullera y sus urbanizaciones a los pies de la montaña, la desembocadura del río Júcar, la línea de costa bañada por las aguas del Mediterráneo, la extensa llanura y la cercana Serra de Corbera. Tras deleitarnos con esta panorámica rodearemos el castillo-santuario por su parte más oriental para seguir por el sendero, hacia el Noroeste, por un pequeño tramo entre pinos con ligera componente ascendente.

Pronto divisaremos, en la parte más elevada de este extremo, los restos del lienzo de El Fort (km 3,7), fortín construido durante la I Guerra Carlista (entre 1836 y 1839) por el Partido Isabelino y que en la actualidad se encuentra en estado de ruina. Conocido como el Fuerte de la Libertad tuvo como objetivo hacer frente a las tropas carlistas del general Cabrera con fuego de fusil y artillería. Ejercía un carácter defensivo de la ciudad, por su parte Norte, junto a la muralla que tenía un trazado perpendicular desde la montaña hasta el Júcar. Cruzaremos por medio de la muralla, dejando a la derecha, junto a las antenas, más restos del fuerte, y descenderemos ligeramente hacia la carretera que se dirige a la estación meteorológica pero sin llegar a pisarla.

Caminaremos paralelos a esa carretera, muy cerca del cortado de la montaña, al que si nos acercamos nos permitirá ver, desde su parte superior, las conocidas letras “CULLERA” pintadas de blanco en su ladera, a semejanza del famoso cartel de Hollywood. Una idea que llevó a cabo Enrique Torres, filántropo y escritor local, junto a conocidos suyos en la década de los 60, en pleno boom urbanístico, como una muestra más de promoción de la localidad. Letras de tal envergadura que son legibles a muchos kilómetros de distancia, y que no hace tantos años fueron iluminadas para que también fueran visibles por la noche, actuación que cuenta tanto con partidarios como detractores, ya no solo por el consumo energético y contaminación lumínica, sino también por la afección al estado natural de esa parte de la ladera.

La senda continúa descendiendo ligeramente por la ladera occidental y poco antes de llegar al enlace con la variante 3, que viene del cementerio, comienza a ascender hacia la cota más elevada de toda la montaña de Cullera, que recibe diversos nombres, entre ellos y no menos curioso el nombre de Pic dels Francesos. Nos encontraremos con una serie de construcciones y antenas entre las que destaca el centro meteorológico (km 4,8). El vértice geodésico, a 234 msnm, se encuentra sobre un depósito de planta circular. Y entre las construcciones hay un poste con señales y una de ellas indica la variante 2 con dirección a la urbanización Bahía Park. A pesar de ser el punto más elevado no es el lugar más idóneo para disfrutar de las vistas debido a las construcciones que rodean el pico por lo que seguiremos inmediatamente el sendero principal disfrutando, a continuación, de las espectaculares vistas.

El sendero transcurre por la parte más elevada de la montaña, dirección Nordeste, con ligeras subidas y bajadas. A la derecha podremos ver las urbanizaciones, la playa y el mar Mediterráneo, y a la izquierda el Parque Natural de la Albufera con sus arrozales, inundados o no según la época del año, el Mareny de Sant Llorenç y su playa, la ermita dels Sants de la Pedra junto al parque acuático, y en primer plano, la bassa de Sant Llorenç. Junto a este último espacio lacustre natural pasaremos al regreso de la ruta pero no podremos contemplarlo completamente ya que la barrera de cañas y vegetación nos lo impedirá, por lo que lo podremos disfrutar desde esta posición elevada.

La senda por la montaña acaba en una curva asfaltada que accede a las urbanizaciones. Seguiremos hacia el Nordeste con una subida suave siguiendo las marcas blancas y amarillas del sendero, pero nos desviaremos a la derecha en una bifurcación en forma de Y en lo alto de la cual hay una antena. Se trata de un pequeño desvío que nos conducirá a lo más alto de esa pequeña elevación donde se encuentra la entrada, cerrada, a la Cueva del Volcán del Faro (km 7,9). Aunque no se pueda visitar este enclave vale la pena acercarse a las inmediaciones del yacimiento, adscrito cronológicamente al Paleolítico Superior (entre 30.000 y 14.600 años antes del presente). Aunque también se le conoce como cova de l´Hort de Cortés, la denominación de Volcán del Faro se debe a su morfología, tras el hundimiento de buena parte de la bóveda de una cavidad kárstica. Fue excavada entre 1968 y 1984 por el SIP (Servicio de Investigación Prehistórica de Valencia), y en septiembre de 2019 comenzó una nueva campaña de excavación co-dirigida por Emili Aura y Begoña Soler. Presenta una importante secuencia paleolítica, de más de 11 metros de potencia estratigráfica, entre el Solutrense y Magdaleniense. Destacan útiles sobre hueso, tales como arpones, varillas, puntas y un bastón perforado, y materiales líticos como hojas con retoque plano y las puntas de aletas y pedúnculo. En las excavaciones se reconocieron restos de hogares y un buen conjunto de gasterópodos y bivalvos para fabricar ornamentos personales. A diferencia de su localización actual, durante el Paleolítico superior la cueva se encontraba a decenas de kilómetros del mar, como consecuencia del descenso del nivel marino durante la última fase glaciar. Ello explica que el estudio de los restos de aves y moluscos indique un bajo aprovechamiento de los recursos marinos. El estudio de numerosos restos de ciervos, caballos, uros y cabras ha sido una valiosa aportación al conocimiento de la economía del Paleolítico superior mediterráneo.

Los materiales encontrados se hallan en su mayor parte en el Museo de Prehistoria de Valencia, aunque también los hay en el Museo de Historia y Arqueología de Cullera donde se exponen, en una vitrina dedicada al Paleolítico, algunas piezas líticas y restos de fauna procedentes de este yacimiento.

Tras ver las inmediaciones del yacimiento regresaremos a la bifurcación y continuaremos por la carretera asfaltada con vistas aéreas a nuestra izquierda. Al llegar a la curva, a la altura del depósito de agua “Safi”, bajaremos por los escalones de la izquierda hasta la calle de abajo, Carrer Nevers, donde giraremos hacia la derecha. Por esta calle, y después por el Carrer Montgó con un tramo pequeño de sendero al final, llegaremos al Faro (km 9,4) en la Punta del Faro, punto donde la montaña de Cullera más se adentra al mar. Se trata de un edificio de planta circular que alcanza los 16 metros de altura y que entró en funcionamiento el verano de 1858. No es un edificio visitable por lo que nos conformaremos con verlo desde fuera y continuar hacia la izquierda por el Paseo de la Farola.

Junto al faro se encuentra la microrreserva de flora Cabo de Cullera, hábitat de acantilados con vegetación de las costas mediterráneas con especies endémicas de Limonium, y más concretamente donde se encuentra el Limonium dufourii. Esta planta es conocida como saladina o limonio peludo (ensopeguera en valenciano), y se trata de una especie en peligro de extinción según el Catálogo Valenciano de Especies de Flora Amenzada y en peligro crítico según el Atlas y Libro Rojo de la Flora Vascular Amenazada de España. Solamente se encuentra en áreas muy reducidas del litoral de Castellón y Valencia de donde es endemismo exclusivo.

Algo más abajo, donde el paseo tiene un tramo ensanchado que lo convierte en un auténtico mirador de la playa del Dosel, nos encontraremos con una escultura (km 9,9) de bronce de una figura femenina sentada mirando al mar. Tras una pequeña parada seguiremos hasta la rotonda y tomaremos la Av. del Dosel, zona con edificaciones menos altas, al lado del cordón dunar de la playa del Dosel regenerado en 2010 e incluido dentro del Parque Natural de la Albufera.

Llegaremos a un punto en el que la calle (camino asfaltado) gira 90 grados a la izquierda. Seguiremos por este camino llamado Entrada Dobleret con dirección Oeste, aunque más adelante tomaremos un camino más estrecho, a la izquierda, que transcurre paralelo a este por el que iremos hasta alcanzar la carretera CV-503 (km 11,8). Cruzaremos, con la precaución debida, la carretera, y seguidamente la acequia de Sant Llorenç que va paralela a esta, y continuaremos por el camino de enfrente, el Camí del Segon Collado.

A nuestra izquierda, una barrera de cañas y carrizos nos impide ver en su conjunto la bassa de Sant Llorenç, laguna de unas 8 hanegadas que se alimenta de las aguas subterráneas, con una vegetación y fauna características de las zonas palustres, pero que tuvimos la oportunidad de contemplar desde arriba de la montaña. A nuestra derecha, un pequeño relieve, el Alt del Cabeçol, muy degradado. En su ladera se encuentra, entre otras actividades y construcciones, el antiguo circuito de motocross. Nos encontramos caminando por el extremo más meridional del Parque Natural de la Albufera.

Más adelante, a nuestra izquierda, pasaremos junto a un área recreativa (km 13,3) entre jóvenes pinos, y poco después llegaremos a la entrada Norte de la urbanización Bonavista (km 13,9). La atravesaremos por las calles José Ramón Costa Altur (mientras vemos a la derecha la Ermita dels Sants de la Pedra) y del Cingle. En el extremo Sur, en el cruce perpendicular con la calle Lloma dels Cabeçols, nos desviaremos hacia la derecha, para abajo (si lo hiciéramos hacia la izquierda, hacia arriba, podríamos acercarnos al abrigo Lambert con muestras de arte rupestre esquemático). Pronto enlazaremos con la carretera CV-502 junto a la que caminaremos, hacia la izquierda, unos metros hasta llegar al cartel de inicio de la ruta junto al cementerio frente al que se encuentra el vehículo en el aparcamiento (km 15,52).

BIBLIOGRAFÍA:

- Aparicio Pérez, José (1977): La cueva del Volcán del Faro (Cullera, Valencia): nota informativa con motivo del Cincuenta Aniversario de la fundación del SIP. Diputación Provincial de Valencia.

- Aparicio Pérez, José (2003): El paleomesolítico valenciano, Cova del Volcán del Faro (Cullera). Memoria de las excavaciones e inventario del material. Serie arqueológica, 15. Págs. 1-327.

- Davidson, Iain (1972): The fauna from La Cueva del Volcán del Faro (Cullera, Valencia). A Preliminary Discussion. Archivo de Prehistoria Levantina 13, págs. 7-21.

- Fletcher, D. & Aparicio, J. (1969): Noticia de las excavaciones efectuadas en la Cueva del Volcán del Faro (Cullera, Valencia). Archivo de Prehistoria Levantina 12, págs. 7-18.

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