DATOS TÉCNICOS:
Nombre: La Huella del Hombre.
Municipio: Villar del Arzobispo.
Distancia: 20,91 kms.
Duración: 6 h 30'.
Desnivel acumulado: 253 m.
Altitud mínima: 350 m.
Altitud máxima: 526 m.
Fecha: 09 de octubre de 2013.
Track: pincha aquí para descargar
ACCESO AL INICIO DE LA RUTA:
Villar del Arzobispo se encuentra a unos 50 kilómetros de Valencia, desde donde saldremos hacia el noroeste por las Avenidas de Pío XII y de las Cortes Valencianas. Seguiremos por la carretera CV-35 durante unos 45 kilómetros, y la abandonaremos hacia la derecha para tomar la carretera CV-395 dirección a Villar del Arzobispo.
Esta rectilínea vía nos conducirá hasta una rotonda donde debemos tomar la segunda salida por la CV-345, carretera por la que llegaremos a Villar del Arzobispo. Aparcaremos a la entrada y nos dirigiremos hacia la iglesia, lugar del cual parte la ruta.
Villar del Arzobispo es un
municipio que pertenece a la comarca de Los Serranos y tiene una extensión de
40,7 km2. Su superficie es relativamente llana, interrumpida al sur
por el Cerro Gordo (477 m), al noroeste por los cerros de Roger (708 m) y
Castelar (695 m), y al norte por el Cerrico de la Cruz (596 m) y las faldas más
meridionales de los cerros de la Hoz y de las Cabras. En este contexto
geográfico, el Ayuntamiento de Villar del Arzobispo ha diseñado la ruta
conocida con el nombre de “La Huella del Hombre”, un itinerario
cultural de algo más de 20 kilómetros que pretende sumergir al senderista en la
historia de la zona interpretando el paisaje agrario actual. La ruta muestra
como todas las sociedades que habitaron la zona (íberos, romanos, árabes,…) han
dejado su huella plasmada en restos de construcciones que todavía perduran.
La ruta, circular y la cual
haremos en el sentido de las agujas del reloj, comienza en la Plaza de la
Iglesia, donde podremos contemplar tanto la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Paz como el Palacio
Arzobispal que se encuentra junto a ella. Arrancamos a caminar hacia la derecha
de la iglesia para buscar la calle La Torre, siguiendo las indicaciones de
color naranja que veremos en las fachadas de las casas. Al llegar al cruce con
la calle Benaduf tendremos que girar a la izquierda por una callecita muy
estrecha de bajada que nos conduce hasta el cruce de las calles Solanas y de la
Hoya. Seguiremos por la de más abajo, la calle de la Hoya, y giraremos hacia la
derecha por la calle Vaquero. Cruzamos la Ronda de San Juan y nos encontramos
con el cartel informativo de la ruta
y un poste de señalización.
Ahora caminamos por el llano paraje
de la Hoya, entre bancales de olivos. Junto al camino, sin habernos alejado
mucho del municipio, nos encontramos una gran piedra circular que formaba parte
de un molino de aceite íbero-romano
(siglos I-II d.C.). Continuamos hacia el sudeste y pasamos de un camino de
tierra a uno de asfalto. Más adelante cruzamos la carretera CV-395 y nos
dirigimos hacia el suave Monte Olivé donde se encuentran algunas residencias en
su parte más oriental, y donde también hay restos de algunas ruinas romanas. Seguimos
recto y cruzamos el Canal Principal del
Campo del Turia, canal que transporta aguas del río Turia desde el embalse
de Benagéber hasta los términos de Losa del Obispo, Casinos, Llíria, Villar del
Arzobispo, Marines, Olocau, Bétera y Pobla de Vallbona. Al cruzar el canal,
veremos a nuestra derecha una gran balsa de riego y a nuestra izquierda el
acueducto del canal sobre la rambla de la Aceña, e inmediatamente enlazamos con
otro camino por el que giramos hacia la derecha dirección a la carretera CV-35,
paralelos a la rambla. A lo largo del trayecto que llevamos, los olivos han ido
dando paso a campos de algarrobos, almendros y viñas.
Cruzamos la CV-35 por un paso por
debajo de la carretera, y a continuación cruzamos la carretera CV-396 junto a
la que se encuentra el poblado íbero La
Seña. Es un yacimiento íbero que fue ocupado desde el siglo VI al II a.C. Tiene
una superficie de unos 10.000 m2, y el recinto, amurallado, cuenta
con varias viviendas organizadas a partir de una calle central. El poblado se
dedicaba a la producción agrícola y se encontraba bajo el control de la
aristocracia que residía en la ciudad de Edeta, en el Tossal de Sant Miguel, en
Llíria. En las campañas de excavación se identificaron una almazara y un
espacio destinado al trabajo del metal.
Realizada la visita, que nos
puede llevar unos 20 minutos, continuamos hacia el sudeste junto a la carretera
y viramos hacia la derecha por un camino de tierra dirección hacia el aeródromo Casica Roger, y hacia la
izquierda más adelante. Veremos un desvío hacia una encina centenaria que no
realizaremos, pero un poco más adelante si nos desviaremos a la izquierda para
visitar el refugio antiaéreo y el aeródromo. En este lugar se puede
observar el aeródromo republicano que contaba con almacenes y cocheras, y el
refugio antiaéreo que se construyó junto a él, y que todavía se encuentran en
relativo buen estado.
Tras empaparnos un poco más de la
historia de Villar, regresamos al camino y seguimos rectos hacia el sur. Tras
un rato y un par de giros, a derecha primero e izquierda después, alcanzamos el
punto más meridional de la ruta en el que se encuentra un aljibe medieval (siglos XV-XVI), construcción realizada con piedra
y argamasa, que nos sorprende por sus dimensiones al asomarnos a su interior.
Cambiamos la dirección y seguimos por el camino, al cual debemos prestar
atención por la falta de marcas en algunos puntos. Nos dirigimos, entre olivos
y viñas principalmente, hacia el noroeste, hasta cruzar la carretera CV-395
donde seguiremos por el camino recto hacia el norte, para aproximarnos otra vez
a la CV-35.
Poco antes de llegar a la CV-35
nos detenemos en una curiosa construcción elevada, de planta hexagonal,
destinada a palomar industrial, del
siglo pasado. Es un edificio que veníamos observando desde bastante atrás ya
que su altura destaca en el llano paisaje villarenco. Ahora toca cruzar la
carretera para seguir por el camino que hay justo enfrente, pero para ello
debemos desviarnos hacia la izquierda por la vía de servicio y cruzar por el
paso elevado. Una vez salvado este obstáculo continuamos por el camino junto al
que nos encontraremos, a la derecha, el Corral
de Jacinto, construcción típica agraria realizada de piedra.
A poca distancia más adelante alcanzamos
de nuevo el Canal Principal del Campo
del Turia, pero antes de rebasarlo giraremos a la derecha, y lo cruzaremos
por el siguiente paso que nos encontramos con dirección norte. En el tramo que
nos queda echamos en falta las marcas en algunos cruces clave de la ruta.
Llegamos a un camino asfaltado por el que caminamos unos metros hacia Villar e
inmediatamente nos desviamos a la derecha, por un camino de tierra, entre
olivos. Por este camino llegaremos a otro asfaltado (camino del Cerro Gordo)
por el que giraremos hacia la izquierda y nos acercaremos a la población,
dejando a nuestra derecha el barranco de San Vicente.
Cruzamos la carretera CV-347 y
nos encontramos el abrevadero de la Fuente
de San Vicente, punto donde se podía abastecer de agua el ganado que
transitaba por la vía pecuaria denominada Cordel
de Segorbe o de los Clérigos, vestigio de lo que antaño fue la actividad
ganadera. Continuamos recto por el camino de San Vicente y al dar la curva,
hacia la derecha, nos encontramos con la ermita
de San Vicente, construida en el siglo XVII. Ya sólo nos queda seguir por
la rectilínea, pero con alguna subida, calle de San Vicente hasta la altura de
la iglesia, a la que llegaremos por la calle Abadía, y donde finaliza esta ruta
cultural.
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