Revolcadores (Murcia)

martes, 10 de mayo de 2022

Ruta de las fuentes y senda de las pinturas rupestres. Abrigo del Rincón del Tío Escribano



 

ACCESO:

El inicio de este recorrido se encuentra en la Fuente Vieja, en el casco urbano de Titaguas. Desde Valencia hasta dicha fuente hay 86 kilómetros, distancia que se cubre en poco más de una hora. La salida de la ciudad se realiza hacia el Noroeste por la CV-35 (pista de Ademuz) y no la abandonaremos en ningún momento ya que esta carretera nos llevará hasta Titaguas. Cruzaremos la población y justo antes de pasar las últimas viviendas, a mano derecha, encontraremos la Fuente Vieja, lugar desde donde comenzaremos a caminar.


DATOS TÉCNICOS:

- Nombre de la ruta: PR-CV 337 Ruta de las Fuentes y SL-CV 30 Senda de las Pinturas Rupestres.

- Municipios: Titaguas y Alpuente.

- Distancia: 13,27 kilómetros.

- Tiempo total: 4h 47’.

- Tiempo en movimiento: 3h 35’.

- Tiempo detenido: 1h 12’.

- Desnivel positivo: 420 m.

- Altitud mínima: 808 m (Titaguas).

- Altitud máxima: 1.063 m (cortafuegos límite de términos entre Titaguas y Alpuente).

- Tipo: circular.

- Señalización: Sí. Postes de dirección y marcas de pinturas.

- Dificultad: Media.

- Cartografía: Mapa Topográfico 1:25.000 638-III Titaguas.

- Fecha: 17 de noviembre de 2018.

- Enlace para la descarga del track: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pr-cv-337-ruta-de-las-fuentes-y-sl-cv-30-senda-de-las-pinturas-rupestres-titaguas-30688749 




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DESCRIPCIÓN:

En esta ocasión nos desplazaremos hasta Titaguas, municipio perteneciente a la comarca de Los Serranos (o La Serranía), en el interior septentrional de la provincia de Valencia, muy cerca de la provincia de Teruel. El término municipal es montañoso formando parte de las alineaciones más meridionales de la sierra de Javalambre, y esta orografía se encuentra surcada por numerosos barrancos como el de Raga, de la Tejería, del Hondón o de los Aguileros, entre otros muchos, que drenan estas montañas hacia la parte más occidental del término de Titaguas (y más septentrional de Tuéjar) por donde transcurre el río Turia.

El nombre que recibe la población de Titaguas es un hidrónimo, es decir, un nombre relacionado con el agua, y es que no cabe ninguna duda que el agua era un elemento indispensable para que una población se estableciera en un lugar. En este sentido, el topónimo Titaguas proviene del bereber tittauin, que significaría fuentes, y unas de las características de este municipio es la presencia de numerosas fuentes en todo su término municipal.

Algunas de las fuentes del término serán protagonistas de parte del recorrido que realizaremos, y podremos ver cómo los afloramientos naturales del agua han sido, desde antiguo, punto de referencia en las sociedades rurales para el abastecimiento de agua tanto de las personas como del ganado que por allí transitaban.

La ruta propuesta es la combinación de dos senderos: del PR-CV 337 Ruta de las Fuentes (señalizado con marcas de pintura de color blanco y amarillo) y del SL-CV 30 Senda de las Pinturas Rupestres (con marcas blancas y verdes). Tiene un trazado circular con una distancia total de poco más de 13 kilómetros y caminaremos en sentido levógiro, es decir, en el sentido contrario al de las agujas del reloj. El punto de inicio, como no podía ser de otra manera, se encuentra en la Fuente Vieja (km 0), lugar con mucha historia ya que data del siglo XVII. Encima del caño, grabado en la roca, se encuentra el año de su construcción (1637). El agua cae a una pileta de piedra (donde antaño se llenaban los cántaros) y de ahí pasa a un abrevadero contiguo en la parte derecha. Todo el conjunto se encuentra respaldado por un gran muro de piedra, y sobre la fuente se encuentra el escudo del municipio. Una fuente muy bien conservada y el lugar ideal como punto de reunión para comenzar la caminata.

Tomaremos la calle ascendente que se encuentra a la derecha de la fuente. Después giraremos hacia la derecha, en el límite con los campos de cultivo, por la Avenida Banda la Lira, y seguidamente giraremos hacia la izquierda para ya alejarnos del casco urbano. Caminaremos unos minutos entre almendros, olivos y algún que otro campo abandonado hasta alcanzar la Fuente de la Zarza (km 0,6). Alrededor de ella se ha desarrollado un área recreativa con bancos y mesas de madera cubiertos por una sólida techumbre, y una zona de barbacoa. Entre ambas instalaciones, bajo grandes plátanos de sombra (Platanus x hispanica), se encuentra la fuente sobre la que se colocaron unos azulejos con la siguiente inscripción:
Fuente la Zarza
Manantial de gran sabor
al hígado sobresanas
con tu precioso valor

Esta inscripción reflejaba lo que antaño, como en otras muchas fuentes, se creía de la Zarza y es que se pensaba que tenía propiedades mineromedicinales beneficiosas para la salud. Arriba de los azulejos hay un par más con el año 1956, fecha en la que se realizaría algún tipo de obra que la dejaría con el aspecto que muestra hoy en día. En la actualidad las aguas se siguen usando para el riego de algunas huertas cercanas.

Nada más pasar la construcción de barbacoas, encontraremos un poste con varias señales. En este punto abandonaremos el camino para seguir por la senda que sale a nuestra derecha y que se adentra por la pinada. Con un trazado ligeramente zigzagueante iremos ganando rápidamente cota entre los pinos hasta llegar a una zona más clara que nos dejará ver un paisaje más amplio. Pasado un campo aislado que nos queda en la parte de abajo de la senda comenzaremos a ver marcas rojas junto a las blancas y amarillas que estábamos siguiendo. Y es que a partir de aquí coincidiremos un tramo con el sendero GR-37 conocido con el nombre de la Serranía del Turia, un sendero que tiene una longitud de unos 65 kilómetros (dividido en cinco etapas) y que transcurre en gran medida por las vías pecuarias que atraviesan esta parte de la comarca de los Serranos, para resaltar la importancia que han tenido históricamente la actividad ganadera y la trashumancia en los límites entre la provincia de Valencia y las de Cuenca y Teruel.

Seguiremos ascendiendo por la senda hasta enlazar con un camino en la parte más elevada de la planicie de la Zarza. Continuaremos por el camino, avanzando cómodamente, hasta llegar una bifurcación con tres opciones. Nosotros seguiremos por la derecha mientras que el GR-37 seguirá por el del centro, y a partir de ese momento solamente seguiremos las marcas blancas y amarillas.

Más adelante, donde el camino hace una curva de 90 grados, transitaremos por un cortafuegos, lugar por el que transcurre el límite entre los términos municipales de Titaguas y Alpuente, y en la siguiente curva, también de 90 grados, ya continuaremos por el término de Alpuente. A partir de aquí el camino se vuelve ligeramente descendente hasta llegar a la fuente del Barajuelo (km 5,2) donde haremos una pequeña parada para ver esta surgencia de agua.

Frente a nosotros se levantan el cerro de las Cambrillas y el Momperet, y a nuestras espaldas el cerro del Barajuelo, del que recibe el nombre la fuente. Este afloramiento de agua se encuentra en la ladera derecha de la cabecera de un barranco, a una altitud de 1.025 metros. Aunque permanece algo oculta al encontrarse en una cota ligeramente inferior al camino y rodeada de juntos, al acercarnos podremos contemplar que el estado de conservación de este elemento etnográfico del paisaje rural aún es bueno. Se encuentra acondicionada por dos pequeños muros de bloques de piedra al frente y en un lateral, con un caño que vierte a una pila cuadrada y cuya agua sobrante pasa a un abrevadero contiguo. La piedra que corona el frente de la fuente tiene inscrito el año 1927, ya casi con un siglo de antigüedad la reforma o construcción a la que hace referencia, pero que seguramente este punto de abastecimiento ha sido frecuentado desde mucho más antiguo por ganaderos y transeúntes de estos terrenos forestales. Al lado del caño, en un parche de cemento, se encuentra la fecha de 1975 momento en el que se realizaría otra reforma.

Proseguiremos la marcha por el camino de la izquierda que nos conduce a un collado entre el cerro de las Cambrillas y la loma de la Hoya del Hacha. Al pasarlo, la vista cambia y podremos contemplar una antigua mina de caolín en primer plano, seguido de campos de cultivo y, al fondo (próximo), el cerro de la Moratilla. El camino irá bordeando, entre pinos, la ladera de la loma de la Hoya del Hacha aunque la continuidad de esta pinada se verá interrumpida nuevamente por el cortafuegos por el que va el límite municipal entre Alpuente y Titaguas. De esta manera, al pasar el cortafuegos, volveremos al término de Titaguas.

Llegaremos a una bifurcación (km 6,7) donde hay poste con varias señales. Por el camino de la derecha se realiza otro tramo circular que va hasta la fuente del Hontanar del Herrero y que regresa hasta este mismo punto, opción que en esta ocasión descartamos, ya que más adelante ampliaremos la ruta al conectar con el sendero de las pinturas rupestres. Frente a nosotros salen dos caminos. Nosotros seguiremos por el que va más hacia la izquierda y por el que, en pocos minutos, alcanzaremos la fuente de la Hoya del Hacha (km 7) que cuenta con un larguísimo abrevadero donde cae el agua conducida desde la loma. Desde aquí podemos contemplar la hoya, superficie más o menos llana que se encuentra cultivada y rodeada de montañas.

Seguiremos caminando y más adelante, a nuestra derecha, veremos los corrales de la Hoya del Hacha, justo antes de dejar a nuestras espaldas esta pequeña depresión. El camino de tierra dará paso a uno asfaltado por el que seguiremos aún cuando el PR-CV 337 por el que hemos ido todo el rato se desvíe hacia la izquierda. De esta manera encontraremos las indicaciones de la senda de las pinturas rupestres (SL-CV 30) y también, otra vez, las del GR-37, y nos desviaremos del camino para seguir por un sendero que baja hacia el barranco de la Tejería siguiendo las marcas de color blanco, rojo y verde.

En la bajada nos encontraremos con los restos de una calera (km 9,1), construcción muy frecuente en el mundo rural para la obtención de cal a través de la cocción de la roca caliza. Y nada más pasarla cruzaremos el barranco de la Tejería para iniciar la subida a las pinturas rupestres. Un desvío del sendero principal hacia la izquierda nos conducirá hasta el abrigo del Rincón del Tío Escribano (km 9,4) con amplias vistas hacia el Sur. Descubiertas en 1983 por Francisco Moreno, fueron enrejadas en la década posterior para protegerlas. En la parte interior del enrejado se encuentra un gran cartel de madera con información sobre este abrigo de arte rupestre levantino del Neolítico (entre 7.000 y 5.000 años) en el que establecen tres momentos pictóricos. El gran ciervo con estilo más naturalista sería la figura más antigua, después le correspondería la escena de caza y finalmente las figuras humanas de estilo esquemático.

Después de contemplar no solamente la impronta dejada aquí por aquellas personas hace miles de años sino también el paisaje forestal y agrícola que desde esta posición privilegiada tenemos, regresamos al sendero y continuamos subiendo hasta situarnos en la parte alta por encima del abrigo del Tío Escribano. Es aquí donde nos encontraremos un poste con varios carteles: uno de ellos nos indica que nos encontramos en el paraje de la Tejería y el resto son de dirección de los dos senderos que coinciden en este tramo. A partir de aquí el GR-37 se desvía hacia la derecha (dirección Este) y nosotros seguiremos por el SL-CV 30 hacia el Noroeste.

Por un sendero rodeado de pinos y del típico matorral mediterráneo iremos girando primero hacia el Oeste y después, con vistas a la carretera CV-35, hacia el Sur rodeando el paraje de la Tejería. La senda descenderá hasta ponerse a la altura de la carretera junto a la que caminaremos y que tendremos que cruzar, con precaución, cerca del punto kilómetrico 88,5 (km 11,6), a la altura de una construcción ruinosa ya en el paraje de los Rincones. La senda sigue por la parte superior de una pequeña loma que separa campos de cultivos hasta que desciende a un cruce de caminos asfaltados. Pasaremos este cruce para tomar una breve pero intensa cuesta en la que coinciden tres senderos tal y como podremos ver en las marcas de pintura blanca, roja, amarilla y verde: el GR-37 otra vez, el PR-CV 220 Senda de la Madera, y el SL-CV 30 por el que vamos nosotros.

Estos tres senderos coincidirán hasta el final del recorrido que nos queda. Tras la subida, la bajada que nos enlazará con un camino entre campos de cultivo a la izquierda y un helipuerto a nuestra derecha. Seguiremos recto por el camino asfaltado de los Oliveros, primero entre campos, y a medida que nos acercamos a Titaguas, pasaremos junto a las instalaciones deportivas que nos quedarán a la derecha y el Área Recreativa Rincón de la Olivera a la izquierda. El camino se une poco más adelante con la Avenida Simón de Rojas Clemente (carretera CV-35 a  su paso por el casco urbano) a muy pocos metros de la Fuente Vieja (km 13,27) donde finalizaremos este magnífico recorrido.

BIBLIOGRAFÍA:

- Martínez Valle, Rafael & Guillem Calatayud, Pere (2015): Arte Rupestre en la Serranía. Arquitectura tradicional y patrimonio de la Serranía valenciana. Actas del primer congreso comarcal de arquitectura tradicional y patrimonio, TRADIArq 2015. Págs. 50-55.








































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