La comarca de Los Serranos, también conocida como La Serranía o el Alto Turia, se encuentra al Noroeste de la provincia de Valencia, limitando con las vecinas provincias de Cuenca y Teruel. Presenta un relieve abrupto, perteneciente al Sistema Ibérico, en el que confluyen estribaciones de la Sierra de Javalambre por el Norte y de la Sierra del Negrete por el Sur, separadas por la cuenca del río Turia.
Es un territorio que presenta una serie de hábitats muy bien conservados, en parte debido a la baja presión demográfica y a sus características orográficas, motivo por el que ya en 2009 se declaró la ZEPA Alto Turia y Sierra del Negrete con una superficie de más de 100.000 hectáreas. En verano de 2019, la UNESCO declaró Reserva de la Biosfera al Alto Turia que junto a la del Valle del Cabriel son las dos únicas reservas de este tipo que tienen representación en toda la Comunidad Valenciana.
En este contexto, en pleno corazón de La Serranía, a caballo entre los términos de Tuéjar y Chelva, se desarrolla la ruta del Azud y el barranco de la Hoz. En su mayor parte se trata de un recorrido circular que haremos en el sentido contrario al de las agujas del reloj (levógiro) al que añadiremos un tramo lineal en su extremo más distal. La parte circular coincide con el sendero PR-CV 456 Ruta del Azud, aunque no lo realizaremos entero ya que este comienza en la ermita de la Purísima, al Norte del casco urbano de Tuéjar, y se compone de dos partes circulares: la primera va desde la ermita hasta el azud de Tuéjar, y la segunda y más grande, desde el azud hasta el nevero de Arquela, que es la que sí realizaremos. Al recorrido escogido añadiremos un tramo lineal hasta el barranco de la Hoz, parte final de la rambla de Ahillas, para visitar el yacimiento paleolítico de la Quebrada y su privilegiado entorno, escenario de caza de sociedades neandertales.
Aparcaremos en el Área Recreativa Azud de Tuéjar (km 0), zona muy concurrida según la fecha del año en la que nos encontremos. Lo primero que nos llamará la atención son las aguas cristalinas del Pozo de las Escaleras, piscina natural (con una temperatura constante aproximada de 18ºC) que se forma en el nacimiento del río Tuéjar, inmediatamente aguas abajo del azud o presa para el regadío que derivaba aguas hacia la acequia Mayor de Tuéjar. Este azud, como la gran mayoría de azudes del mundo rural, se construyó originalmente con estacas, postes y cañas, materiales fáciles de encontrar pero también muy frágiles para resistir cualquier episodio de crecida, por lo que continuamente debía reconstruirse después de fuertes lluvias. Es en 1816 cuando se reconstruye con mampostería y sillería para que perdurara más en el tiempo. En la actualidad, su uso es el recreativo.
En el entorno inmediato al azud nos encontramos con una serie de instalaciones públicas y privadas relacionadas con el ocio y el turismo: área recreativa, albergue, restaurante, camping,… Todas ellas nos pueden ofrecer una idea de la cantidad de gente que viene a disfrutar a este lugar atraídos, sin lugar a dudas, por un marco ambiental y paisajístico privilegiado. De hecho, por sus características medioambientales fue declarada la microrreserva Riberas del Río Tuéjar, en el año 2002, por la presencia de las siguientes especies: sarga negra (Salix atrocinerea), sarga (Salix eleagnos subsp. angustifolia), taray (Tamarix gallica), chopo (Populus nigra), sabina negral (Juniperus phoenicea), poleo de roca (Teucrium thymifolium), y algarabía pegajosa (Odontites viscosus subsp. australis).
Años más tarde, en 2013, se declara el Paraje Natural Municipal Nacimiento del Río Tuéjar, con una superficie de 600 hectáreas, que abarca, desde el límite con el término de Chelva, toda la rambla de Arquela y montañas adyacentes hasta el lugar que nos encontramos. Toda la parte circular de la ruta está dentro de este paraje natural que vamos a tener la oportunidad de conocer, disfrutar y respetar.
Nuestros primeros pasos se dirigirán hacia el Norte continuando por el camino por el que vinimos, y nada más cruzar el exiguo cauce de la rambla giraremos hacia la derecha donde veremos los primeros postes de este sendero PR. Caminaremos hacia la derecha para pasar junto al aparcamiento que hay en el otro margen del río, mucho más espacioso, y buscar el camino de tierra que sale frente a él, donde hay un poste de madera de los antiguos que indica la dirección del mirador Peña del Mediodía. Es aquí donde comienza la subida más fuerte.
Ascenderemos hasta un depósito de agua (km 1,2), lugar donde finaliza el camino, y seguiremos por la estrecha senda que arranca justo detrás de este edificio. Ahora comienza el tramo de mayor pendiente en el que avanzaremos inmersos en un denso bosque de pinos carrascos. En apenas 700 metros de distancia salvaremos unos 140 metros de desnivel hasta el lugar donde la senda se une perpendicularmente a otra, por la que seguiremos hacia la izquierda dirección al mirador.
Pronto llegaremos a una bifurcación con un poste. Seguiremos hacia la izquierda, con ligero descenso, para acercarnos al mirador Peña del Mediodía (km 2,5), también conocido como mirador del Azud. Se trata de un saliente rocoso de la loma Andariel, acondicionado como mirador, que nos ofrece unas fantásticas vistas del Alto del Gamonal frente a nosotros y de los cortados de La Lácaba al Norte (a nuestra derecha). En días despejados se puede ver al fondo, sobre la pared caliza de La Lácaba, la sierra de Javalambre, con un manto blanco si aún tuviera nieve. Bajo nuestros pies, en lo más profundo, el sinuoso trazado de la rambla Arquela que, al llegar al Azud, da lugar al río Tuéjar. Es un lugar que bien merece la pena visitar.
Regresaremos a la bifurcación y giraremos hacia la izquierda, con sentido descendente, hasta el Llano de Andariel que atraviesa el barranco del Arco que, aunque aquí pasa casi desapercibido, algo más abajo presenta un par de cortados considerables. Seguiremos por el sendero que va por el cortafuegos, otra vez en sentido ascendente, y en este tramo alcanzaremos la cota más alta de toda la ruta, 867 metros de altitud. Poco después de comenzar a descender nos cruzaremos perpendicularmente con un camino más ancho, el camino de la Solana Carreras, en el límite entre los términos de Chelva y Tuéjar. Giraremos hacia la izquierda para continuar descendiendo suavemente por el camino que, tras un largo trecho, nos conducirá hasta otro camino que transcurre paralelo a la rambla Arquela.
Unos metros más adelante, dirección aguas arriba, junto a la rambla y en la parte inferior del camino, nos encontraremos con el nevero (km 6,6). Construcción circular, rellena de tierra, que se destinaba al almacenamiento de nieve, aunque también albergó el hielo que se recogía de pequeñas presas que se hacían en la rambla para congelar el agua debido al riguroso frío invernal. Está declarado Bien de Relevancia Local, y en 2008 fue restaurado motivo por el que se encuentra en tan buen estado de conservación.
No solamente nos llamará la atención esta construcción sino también el entorno en el que se encuentra, frente a los impresionantes cortados de La Lácaba, hábitat de diversas especies pero cuyo principal protagonista es el buitre leonado (Gyps fulvus) sin lugar a dudas. Este es uno de los principales lugares de anidamiento del buitre en toda la provincia de Valencia, y donde podremos verlos en pleno vuelo con su inconfundible silueta (alas largas y anchas, y cola relativamente pequeña).
En este punto, el PR que estamos siguiendo regresa hacia el Azud por el camino junto a la rambla, sin embargo, nosotros seguiremos hacia la derecha, dirección Ahillas, para completar este recorrido con la visita al yacimiento arqueológico en la zona de la Quebrada. Así que continuaremos remontando la rambla por el ancho camino. Pronto entraremos en el término de Chelva, donde la rambla se estrecha entre el puntal más meridional de La Lácaba y las Lomas del Chinchel. Un paisaje montañoso, rocoso y boscoso, donde las aguas de la rambla de Arquela han tallado en la roca un cauce por el que circular.
Junto al camino nos encontraremos un poste que aún conserva la antigua nomenclatura del PR-V 91.1. Hace muchos años que los senderos homologados de pequeño recorrido dejaron de llamarse PR-V para pasar a PR-CV. En este caso se trata de una variante de la ruta PR-CV 91 Chelva - Pico del Remedio que arranca desde el collado de las Granzas y llega hasta la aldea de Ahillas.
Unos 350 metros más adelante, pasado el poste, nos encontraremos con un desvío que sale a nuestra derecha. Habrá que abandonar el camino principal para seguir por él y adentrarnos en la Hoz que no es más que el tramo final, y encajado, de la rambla de Ahillas. Pronto dejaremos el camino y seguiremos por el cauce rocoso del barranco, sin perder de vista la pared que queda a nuestra derecha ya que en la base nos encontraremos la reja que protege el yacimiento de La Quebrada (km 9).
Se trata de un enclave arqueológico del Paleolítico medio, datado entre 90.000 y 40.000 años antes del presente. Fue descubierto en 2004, y excavado entre 2006 y 2015 por la Universitat de València. Se encuentra en un entorno caracterizado por un medio abrupto, pero que incluye también zonas de llanura. Se encontraron restos de la fauna consumida por las poblaciones neandertales que ocuparon estacionalmente el lugar, principalmente de cabra, caballo y ciervo, mientras que apenas están documentados los carnívoros. La industria lítica es muy abundante, con presencia de talla Levallois y discoide y utilización de diversas materias primas, como el sílex, las cuarcitas y las calizas. Junto a raederas y cuchillos se han documentado abundantes puntas, útiles vinculados al procesado de la carne, las diversas tareas de mantenimiento y la caza. A lo largo de la secuencia estratigráfica del abrigo también se han documentado numerosos hogares. Entre los niveles inferiores y superiores se observa un cambio en el ritmo de ocupación del lugar, posiblemente asociado a un distinto patrón de ocupación del territorio.
Muy recomendable es, para conocer mejor la ocupación de esta región, la visita al Museo Arqueológico de Chelva, ubicado en el Callejón del Hospital, nº 3 del municipio. El horario de apertura es de sábados de 10:00 a 14:00 horas, y el correo electrónico de contacto es museoarqueologico@chelva.es. Y en el Museo de Prehistoria de Valencia se pueden ver algunos de los restos encontrados en el “Abrigo de la Quebrada”.
Tras la visita del yacimiento decidimos adentrarnos algo más en La Hoz para ver qué características hicieron tan idóneo para la caza a este lugar. A medida que avanzamos veremos cómo el barranco se va estrechando. Dos paredes verticales a los lados y un lecho rocoso por el que caminaremos sorteando de vez en cuando algunas rocas será todo lo que podremos ver. Después de remontar unos doscientos metros desde el yacimiento ya no podremos continuar. El barranco presenta una pared, que origina una cascada cuando lleva agua, con una poceta en su base. De esta manera podremos entender que el barranco se convertía en una trampa natural para los animales que eran espantados hacia el interior y acorralados por los grupos neandertales que allí mismo les daban caza.
Regresaremos por el mismo sitio hasta el nevero de Arquela (km 12,3), ya que este era el tramo lineal de la ruta, y desde allí seguiremos recto caminando paralelos a la rambla. El camino de regreso es más cómodo, rápido y llano. Junto a los pinos que se extienden por las laderas de las montañas, podremos ver un estrecho bosque de ribera en los márgenes de la rambla formado principalmente por chopos (Populus nigra) y baladres (Nerium oleander).
Junto al camino nos encontraremos el cobijo forestal Andariel (km 13,4), sencilla construcción donde resguardarnos en caso de alguna inclemencia climática. Cuenta con dos bancos de obra en las paredes y una chimenea. No nos detendremos mucho y continuaremos. En alguna ocasión el camino cruza la rambla y aunque normalmente no circula agua o lleva muy poca, hay unos pasos laterales elevados para los senderistas. En nuestro caso los utilizamos porque la rambla llevaba agua debido a recientes lluvias.
La siguiente parada, y última antes de llegar a los coches, es en el conjunto de abrigos rupestres de los Corrales de Silla (km 14,9). Se encuentran también junto al camino, en la pared rocosa a media altura, en la parte cóncava (la erosiva) de un meandro de la rambla. Está formado por un conjunto de tres abrigos que reciben el nombre debido al uso que tuvieron como refugio para el ganado. El más próximo, y al que nos acercaremos a ver, es el abrigo III, descubierto casualmente por una visita escolar guiada por el maestro José Sánchez en 1986. Presenta mal estado de conservación debido al humo por su ocupación como corral, a la humedad, a la vegetación y a los microorganismos, por lo que es mejor fijarse en la representación del panel informativo que hay abajo. Son pinturas rupestres realizadas por neolíticos, pertenecientes al Arte Levantino, con una antigüedad entre 8.000 y 5.000 años.
Para subir hasta el abrigo lo haremos por unos escalones primero y después por un estrato plano calcáreo con ligera inclinación, con algo de precaución ya que en el abrigo nos encontraremos a cierta altura y cerca del borde rocoso. Las pinturas se encuentran protegidas por una estructura de hormigón y rejas. Fueron pintadas en el techo, a dos metros de altura, y son difíciles de ver debido al ennegrecimiento. Lo que si podremos contemplar desde el abrigo son unas magníficas vistas del meandro de la rambla en un entorno montañoso.
Bajaremos al camino y seguiremos por él hacia el nacimiento del río Tuéjar, viendo como el paisaje encajado da lugar a uno más amplio. A nuestra izquierda, en lo alto, veremos la silueta del mirador de la Peña del Mediodía donde unas horas antes estábamos disfrutando de las vistas. Comenzaremos a ver los primeros campos de almendros y olivos a ambos lados del camino y pronto llegaremos al Área Recreativa Azud de Tuéjar (km 16,46), la cual cruzaremos para llegar hasta donde aparcamos y donde finalizaremos la ruta.
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